Febrerillo el loco, un día peor que otro definido por Camilo José Cela como un "mes cojo, roto, al que le falta un pedazo", nos ha traído algunas alegrías; la primera, la flor del almendro que ya he visto cerca de la M30; la segunda, las mimosas. Se preparan para florecer los lirios y las violetas.
Y hoy mismo es la fiesta de San Valentín, que inventó Galerías Preciados, y que se convirtió en el día del amor y la amistad y una continuidad de las lupercales romanas cuando los esclavos se disfrazaban de patricios, incluso en la alcoba y el poder pasaba a la plebe.
San Valentín era un cristiano que casaba en las mazmorras a los novios en secreto y fue decapitado por orden del emperador. El amor que convierte a los amantes en poetas bien se merece un día para celebrarlo. Shakespeare se declaraba así: "Duda de que sean fuego las estrellas, duda de que el sol se mueva, pero no dudes jamás de que te amo".
En el último día de febrero empiezan los carnavales, que también son una versión cristiana de las lupercales. Y a se están compitiendo en el teatro Falla los concursos de las agrupaciones con sus murgas y comparsas. Carlos I y Franco prohibieronn los carnavales pero siempre volvieron. ¡Viva el vino!