el gallo zumbón

Rafa Latorre: "Una magnífica excusa para revisar los criterios de elección del fiscal general del Estado"

Rafa Latorre reflexiona en Más de uno sobre la entrevista de Carlos Alsina a Luis Navajas, teniente fiscal del Tribunal Supremo.

ondacero.es

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Hay que tener mucho cuidado con la gente que está al borde de la jubilación, se la ve muy liberada. A Luis Navajas, número dos de la fiscalía le quedan 81 días para el retiro, y decidió que no fueran 81 días tranquilos así que vino a este programa a ofrecer un relato estrictamente insólito.

Insólito en la medida en la que nunca nadie en la jerarquía de la carrera fiscal había acusado con esa crudeza a otros fiscales, a sus subordinados, a la junta de fiscales.

Hoy los periodistas judiciales recaban algunas opiniones de sus compañeros en la carrera, la verdad es que parecen dolidos. "¡Ha enloquecido!, dice un fiscal de sala según El Mundo. "Es un insulto", leo en La Razón.

Fíjate que la conversación comenzó con una frase, en la que yo creo que nadie a reparado, al menos yo no la he visto destacada en las crónicas. Tu saludas al teniente fiscal Navajas y enseguida le preguntas: ¿Y cómo es que no le han ofrecido nunca a usted ser fiscal general del Estado? y va Navajas, demostrando lo peligroso que es un hombre al borde de la jubilación, y dice: " porque son gente inteligente y entonces saben que uno es demasiado independiente para ciertos cargos"

Hombre, hombre mira que tenemos avisado de que a los adverbios los carga el diablo. Demasiado independiente, que umbral de independencia tan indeseable para quien nombra al Fiscal General del Estado, que es el Gobierno es algo que ya sospechábamos. El estupor viene de escuchárselo directamente al número dos de la Fiscalía General del Estado.

Si daño le hizo a la institución aquel, ¿De quién depende la fiscalía que con infinita chulería soltó nuestro retórico presidente, este demasiado independiente terminó de hundir el crédito de la institución, con lo que el desplome concede, no seamos negativos, concede una magnífica excusa para revisar los criterios de elección del fiscal general del Estado.