PUEDO OPINAR Y OPINO

Fernando Ónega: "La reunión entre Sánchez e Iglesias será una batalla de astucias, donde uno desconfía del otro"

El adjetivo preocupante se me queda pequeño. Te propongo sustituirlo por cabreante. Fíjate en Grecia: el domingo, elecciones, y el lunes ya había tomado posesión el nuevo primer ministro.

Fernando Ónega

Madrid | 09.07.2019 07:37 (Publicado 09.07.2019 07:35)

Aquí, pasados casi tres meses de las elecciones, no sabemos siquiera si habrá primer ministro. Es cierto que en Grecia hubo mayoría absoluta y no hubo por qué pactar nada. Pero aquí la ley prevé unos plazos tan largos que, si fracasan las negociones en curso, nos ponemos en septiembre y con perspectiva de elecciones para noviembre.

Esperemos que no ocurra, pero podemos estar todo el año embarrados en no sé qué dificultades y en no sé que conversaciones y mucho me temo que en no sé qué trampas. Y lo malo es que la enfermedad paralizante afecta a todos. Afecta a la derecha, cuyos escrúpulos hacen que al menos dos autonomías, Murcia y Madrid, se encuentren sin gobierno y sus dirigentes metidos en una dialéctica en que se llega a hablar de trileros.

Y afecta a la izquierda, donde existen parecidos escrúpulos con Bildu en Navarra, y el gobierno del Estado está pendiente de la reunión de hoy entre Sánchez e Iglesias: una batalla de astucias, donde uno desconfía del otro, Iglesias califica la oferta programática del PSOE como de "corta y pega" y los interlocutores dan el penoso espectáculo de tener al país en vilo mientras luchan por unos sillones. No me extraña que la última encuesta de CIS eleve la política a la poco noble categoría de segundo problema nacional.