EN MÁS DE UNO

Rubén Amón indulta al vegano influencer: "El fundamentalismo de esta doctrina abjura de la dignidad de los humanos"

Se ha puesto de moda entre los influencers veganos virales organizar escaramuzas nocturnas para liberar animales. Un tal Gurb se jacta de haber rescatado a unos conejos apresados. Incitando al personal a prodigarse en protestas callejeras contra quienes trafican con pollos, aniquilan vacuno o comercian con el hermano cerdo.

Rubén Amón

Madrid | 17.09.2019 10:01

Qué bonita aquella protesta improvisada que unos cuantos militantes del Pacma improvisaron delante del Museo del Jamón en la Gran Vía. No es jamón, es cerdo muerto, no es jamón, es cerdo muerto, proclamaban.

Cualquier restaurante convencional está expuesto a una operación relámpago. O a la denuncia vehemente de los animalistas, como aquella turista británica que pretendió liberar las gallinas con las comerciaba un mercader de Tánger este verano.

El dilema de siempre, tu madre o tu perro, decía la presidenta del Pacma, llevando hasta el extremo del extremo la emancipación inducida de la fauna.

Es el animalismo una utopía o una distopía que emula los movimientos de liberación característicos del siglo XX, pero trasladados a una concepción igualitaria de los seres sintientes. O no tan igualitaria, pues el fundamentalismo de esta doctrina abjura de la dignidad de los humanos.

El movimiento engancha en la ciudad porque la naturaleza es un planeta remoto e idealizado, y porque se trata de una causa acomodada cuya sensibilidad se recrea en la estética de los animales hermosos a expensas de los abyectos.

Las carencias afectivas de la sociedad han convertido al perrito y al gatito en placebos humanos, aunque los entusiastas mascoteros parecen ignorar que el animalismo urge a la liberarlos de la explotación y el cautiverio. Y a devolverlos al paraíso.

Pronto irán a vuestras casas. Y padeceréis la persecución del esclavista, no digamos si os sorprenden tomando unos boquerones en vinagre.

Seguro que te interesa...

Los veterinarios alertan del peligro que provocan los activistas que asaltan las granjas