OPINIÓN

Monólogo de Alsina a las 7.00: "Venezuela sigue instalada en la incertidumbre"

El séptimo día desde que Juan Guaidó juró como presidente interino de Venezuela con el compromiso de convocar elecciones democráticas y con la bendición (el reconocimiento) de los Estados Unidos y algunas de las mayores naciones de Latinoamérica.

Carlos Alsina | @carlos__alsina | Madrid
| 31/01/2019

Una semana después, Venezuela sigue instalada en la incertidumbre.

• La duda sobre los planes que manejaMaduro, con rumores de movimientos militares.

• La duda sobre la capacidad de la oposición para hacer valer en la práctica la legitimidad del Parlamento.

• La duda sobre la eficacia de los respaldos internacionales que sigue recibiendo el nuevo presidente.

La Unión Europea aún no reconoce a Guaidó pero se comporta como si ya lo hubiera hecho. Tajani, el presidente conservador del Parlamento europeo, dice que no hay más interlocutor que Guaidó.

Donald Trump sostiene que está siendo el reconocimiento internacional lo que está haciendo mella en el chavismo para empezar a asumir que Maduro está acabado. El gobierno español no llega tan lejos, pero mantiene que el tirano (así lo llamó Sánchez) está aislado y cada vez más débil.

El Gobierno de Nicolás Maduro la ha emprendido en estas últimas horas con los periodistas, enviados especiales, de medios internacionales. En estas últimas horas, dos periodistas chilenos, dos periodistas franceses ytres periodistas de la agencia EFE han sido detenidos cuando estaban cubriendo las movilizaciones.

El argumento que está utilizando el Gobierno de Venezuela para expulsar a periodistas extranjeros es que no tienen el visado correspondiente para desempeñarse como periodistas, que han entrado como turistas.

Ayer tomó tierra en Caracas un avión procedente de Rusia con capacidad para cuatrocientas personas y sin pasaje y eso disparó las especulaciones sobre una posible huida de Maduro o sobre el envío a Moscú de las reservas de oro venezolanas para asegurar que sea el régimen el que las siga controlando.

Nada de todo eso se ha confirmado. A esta hora el gobierno bolivariano sigue alimentando la tesis de que Colombia y Estados Unidos maniobran para forzar un golpe militar contra Maduro. El estribillo, recurrente, de los desertores de las fuerzas armadas que se pasan a las filas mercenarias de los gobiernos invasores. Y la oposición prepara nuevas acciones para redoblar la presión sobre el presidente en apuros y ganar apoyo popular.

Tras las manifestaciones de ayer en distintas ciudades, la más nutrida en Caracas, Guaidó quiere poner el acento en la depresión económica que sufre Venezuela y la urgente necesidad de bienes de todo tipo. Lo ha ha bautizado como el plan país. Brasil y Colombia se han ofrecido ya a atender el llamamiento que ha realizado Guaidó a las naciones de América.

Comienza el duodécimo día sin servicio de taxi en Madrid. El paro patronal que se eterniza sin que sus impulsores hayan podido ofrecer aún a los taxistas un sólo logro.

Los portavoces de las asociaciones sostienen que el ánimo es mejor cada día pero saber que la protesta está perdiendo fuelle porque el gobierno autonómico no cede y los usuarios van descubriendo que hay otras formas de transporte. Es verdad que los taxistas han conseguido que haya debate público sobre la competencia de las VTC y es verdad que han conseguido hacerse visibles, pero en sentido contrario a lo que se pretendía: no parece que la mayoría de la población se esté solidarizando con las protestas, más bien lo que se percibe es un cierto hartazgo por los cortes de tráfico.

El conflicto ha convertido en un gobernante muy conocido a Ángel Garrido, el hasta ahora gris presidente de la comunidad madrileña.

De repente el PP madrileño se ha encontrado con que tiene un líder que ha agarrado una bandera y que presume de diferenciarse en todo del gobierno catalán del señor Torra. Que visto lo visto, no es una mala bandera en vísperas de unas elecciones.

A tres meses y medio de las autonómicas de mayo, en Podemos se conjuran para llegar al examen electoral enteros. Se han quedado sin secretario general en Madrid, Espinar, y se han quedado sin candidato, Errejón, al que consideran fuera del partido. Con urgencia se busca ahora reconstruir la candidatura, o cuando menos, la imagen.

Iglesias, líder supremo y galapagueño, condujo la reunión del politburó desde casa porque tenía que ocuparse de los críos (los críos del partido). Marcó el terreno desde primera hora publicando en Facebook una filípica. Las crónicas se encelaron con una frase —“Iñigo no es un traidor, debe ser un aliado”—, pero después de esa frase veía una pantanada de párrafos para insistir en que Errejón ya no es Podemos, que su afán por diluir las siglas nunca la planteó donde debía y que ha obrado por las bravas porque temía perder (otra vez) si el debate se abría. Cinco o seis horas después, el aparato levantó la sesión sin haber cerrado una sola grieta. Harán una lista de Podemos, ya se verá con qué cabeza de cartel, y luego le ofrecerán a Errejón que negocie, como si fuera Izquierda Unida, o Equo, su incorporación a la candidatura unitaria ya veremos en qué puesto y con qué reglas.

Esto es lo que quisieron hacer con Carmena y les salió rana. No parece probable que Errejón trague con diluir Más Madrid acatando la ley de Galapagar. Pero el tiempo dirá. Después de todo, lñigo no es Carmena.