OPINIÓN

Monólogo de Alsina: "Leonor se lo sabe"

Carlos Alsina reflexiona en su monólogo de 'Más de uno' sobre la jura de la Constitución de la princesa Leonor y sobre el anuncio de PSOE y ERC del acuerdo para la amnistía.

Carlos Alsina

Madrid | 01.11.2023 08:23

Día de Todos los Santos. (De todos los Santos Cerdán, un saludo al nuevo compadre del president Puigdemont, molt respetable). Es día festivo en todo el país. Enhorabuena porque hoy no hay que madrugar ---más mérito tiene que esté usted ahí, escuchando esta emisión tempranera---. Miércoles de libranza. Miércoles libre para Leonor de Borbón, a descansar hoy, princesa, y a olvidarse de todo por un día. Bastante tuvo ayer, en la interminable jornada de obligaciones institucionales que comenzó recién amanecido el día y se alargó hasta bien entrada la noche: que si la jura en el Congreso, que si la comida en el Palacio Real, que si la merienda-cena con la familia en El Pardo. Normal que hoy Leonor esté tan a gustito en la cama y pudiendo tomarse todo el día libre.

Sólo tiene dieciocho años y un día, pero ya acumula horas de vuelo suficientes para asumir que esto es así ya para siempre, salvo que Belarra triunfe en la misión que se ha autoimpuesto de dejar a la joven princesa sin trabajo. Querida Leonor…

Día tras día tras día tras día el resto de sus días. Luego la Historia irá por donde tenga que ir ---a saber lo que el futuro nos depara---, pero hoy, sobre el papel, el destino escrito de la princesa Leonor es ser examinada día tras día tras día en el cumplimento de sus obligaciones como heredera. El examen al cumplimiento de la palabra dada, piedra angular del acto parlamentario de ayer y esencia del discurso que en palacio pronunció después la heredera. Qué pertinente el acto y el discurso: comprometida a cumplir lo que ayer prometió ---ejemplaridad y servicio a los españoles---, la princesa se ofrece a ser examinada.

Comprometida formal y públicamente, asume Leonor que habrá de ser juzgada en su desempeño a la luz de ese compromiso: si te has comprometido, cumples. Sin excusas, sin regateos, sin subterfugios. Cuando el rey Felipe aludió ayer a la conveniencia de conocer cada vez mejor la historia de España es probable que tuviera en la cabeza la historia truncada de la Corona que encarnó su bisabuelo Alfonso XIII: el rey que habiendo prometido cumplir y hacer cumplir la Constitución escogió vulnerarla. Y así le fue. Los nueve años que cumple ya Felipe VI en el trono responden a esa lección sobradamente aprendida: sólo ciñéndose a ella, respetándola y defendiéndola de quienes aspiran a tumbarla, renueva cada día la corona la legitimidad que sólo la Constitución le confiere.

Queda claro, después de lo de ayer, que Leonor se lo sabe. Y que es el compromiso que asume, y ante el que no caben cambios de opinión, lo que ayer ovacionaron durante cuatro minutos largos los diputados, senadores, autoridades e invitados de diverso pelaje que escucharon en el Hemiciclo del Congreso ---apretados--- el juramento de esta princesa mayor de edad y, por ello, plenamente responsable.

Si el éxito de la causa republicana depende del éxito de Podemos, habrá monarquía en España por los siglos de los siglos

El día de Leonor lo sacó adelante con aplomo y buen humor Leonor. Parafraseando al profesor Rodríguez Braun, cabe decir, hombre, no 'a pesar del Gobierno', pero sí a pesar del 15% del Gobierno, que son el ministro y las dos ministras que intentaron, sin éxito, empañarle la jura a la princesa y sabotearle la sesión al Parlamento. Esa Ione Belarra que lo mismo promete hacer lo que esté en su mano para juzgar a Netanyahu por genocidio que trabajar para impedir que Leonor llegue a reina de España. Si el éxito de la causa republicana depende del éxito de Podemos, habrá monarquía en España por los siglos de los siglos. Porque lo que cada vez tiene pinta de ir a durar menos es Podemos.

En el libro de la Historia de España que relate el día de ayer aparecerá el presidente Sánchez al lado de Leonor y garantizándole la lealtad de su Gobierno.

Pero aparecerá también, aunque sea como nota a pie de página, que fue también su Gobierno ---una parte de su Gobierno--- quien incurrió ya en el minuto uno en flagrante deslealtad. Sin que al presidente se le haya escuchado no ya una desautorización sino el más leve reproche al proceder de sus dos ministras menguantes y su consumido ministro de Consumo. No alteremos hoy la paz de Leonor preguntándonos si este discurso que ayer pronunció el presidente caducará tan pronto como tantos otros discursos, compromisos y garantías que proclamó formal, pública y voluntariamente.

Cabe ya poca duda de que Sánchez será investido de nuevo, la semana que viene o, como muy tarde, la siguiente con el apoyo del segundo grupo de la cámara, que es el suyo (121 diputados de 350) y el concurso de Sumar y todos los grupos nacionalistas e independentistas del Congreso. Todos los grupos que ayer boicotearon el acto que el propio presidente describió como significativo para la historia de la España moderna y libre. Los grupos que ayer difundieron una proclama en la que explícitamente dejan dicho que no cuenten con ellos para legitimar la Constitución, como si la legitimidad dependiera de ellos (Esquerra, Bildu, el Blo-que, entre los tres no llegan al 4% de los votantes) y como si la Constitución no es-tuviera ya legitimada. Quienes no quieren Constitución, ni monarquía parlamentaria, quienes abogan por la ruptura, el choque y el desencuentro, le quieren hacer a usted presidente, sé que lo tiene presente. Dicen estar en contra de la desigualdad, los privilegios y la impunidad.

Es precisamente todo eso, desigualdad, privilegio e impunidad lo que va a conquistar Puigdemont de la mano del PSOE

Curioso: es precisamente todo eso, desigualdad, privilegio e impunidad lo que va a conquistar Carles Puigdemont de la mano fraternal del PSOE. Ayer se confió Santos Cerdán a los periodistas en el Congreso satisfecho, casi orgulloso, de haberse sentado en el sofá de Puigdemont a los pies de un cuadro que exalta la embestida contra el Estado de 2017. Cómo no va a estarlo si, según el presidente Sánchez, es en el nombre de España en el que Puigdemont está siendo blanqueado. No en mi nombre, vino a decir ayer Felipe González.

Felipe, que sigue siendo socialista y del Partido Socialista y que no se ve representado por su secretario general, y eso que éste dice hablar en nombre de España. El de la cobija, o sea Page, califica de grave la foto prófuga en el sofá y añade que aún vendrán cosas peores.

Qué fotos serán esas, Emiliano, díganos que teme. Ya sólo falta que el PSOE vaya a lavarle la cara a Putin.

Privilegio, desigualdad e impunidad. No la llamarán así, pero eso es lo que contendrá la ley Puidgemont, ley de amnistía, bajo el argumentario amable de que la convivencia y la conciliación al parecer no es posible si a Puigdemont se le juzga como se juzgó a Junqueras y a los Jordis. Desigualdad incluso entre los cabecillas del procés. Privilegio e impunidad sólo para uno, el que ha resultó ser el más listo. La proposición de ley se registrará en el Congreso antes de la sesión de investidura. Así lo contempla el contrato verbal suscrito por Cerdán y el procesado por corrupción en rebeldía. Contrato de contraprestación de servicios: Sánchez te exonera, tú le invistes.

Vídeo completo del monólogo de Carlos Alsina