Opinión

Monólogo de Alsina: "El dedazo del audaz"

Carlos Alsina analiza en su monólogo de Más de uno la decisión de Pablo Iglesias de presentarse como candidato a las elecciones de la Comunidad de Madrid y la elección de Yolanda Díaz como vicepresidenta del gobierno.

Carlos Alsina

Madrid | 16.03.2021 08:52 (Publicado 16.03.2021 08:49)

Espérese, que aún falta la reacción de Sánchez. No se crea que se va a quedar quieto. Si tú te ves como un gran estratega, Pablo, es porque no conoces a Pedro, rey de los tácticos.

Un recado, muy rápido, para el vicepresidente electoral del gobierno, sin acritud: Yolanda Díaz sabe postularse ella solita. Se basta y se sobra para proponerse como candidata al puesto que ella quiera sin necesidad de un tutor que le vaya abriendo la puerta y allanando el camino. Esta cosa de aroma machistón que consiste en presentarte tú como el mentor que hace posible la promoción interna de la señora que has escogido.

Si ella así lo decide. Pues deja que sea ella quien lo decida, quien lo anuncie y quien lo pelee. Sin padrinos. Estos títulos que hoy se leen en prensa: Iglesias cede el liderazgo a Yolanda Díaz. ¿Cómo que cede? Los liderazgos no se dejan en herencia. Díaz se ganará el liderazgo, o no, ella sola.

Sin tutores. Sorprende ver a un partido que se dice asambleario encajar con toda naturalidad que el jefe supremo haya bendecido con su dedo digital, a la ministra de Trabajo. Esto del dedazo era una cosa de Aznar hasta que vino Iglesias a resucitar el método dinástico. Porque papá lo dice. En su primer mítin electoral madrileño, y utilizando el despacho de la vicepresidencia del gobierno que es de todos, Iglesias se hizo a sí mismo una operación Illa y anunció que será candidato a las elecciones de Madrid si los militantes quieren ---¿cuándo te han negado a ti algo los inscritos, Pablo?---. Digo yo que con el dineral que metió Podemos en la reforma de su sede (un millón cuatrocientos mil euros) ya podía Iglesias darle algún uso y grabarse sus vídeos allí, en la casa morada, en lugar de usar el ministerio de Derechos Sociales. ¿Alguien recuerda cuál fue la última vez que Pablo dio una rueda de prensa?

Sorprende ver a un partido que se dice asambleario encajar con toda naturalidad que el jefe supremo haya bendecido con su dedo digital, a la ministra de Trabajo. Esto del dedazo era una cosa de Aznar hasta que vino Iglesias a resucitar el método dinástico.

Ese aroma machistón que consiste en presentarte tú como el mentor que hace posible la promoción interna de la señora que has escogido.

El número tres del gobierno abandona el barco que él mismo construyó

El número tres del gobierno abandona el barco que él mismo construyó, el gobierno de coalición. Y no, no es verdad que la mitad de los ministros haya organizado una fiesta para celebrar que le pierde de vista. Ni ha habido fiesta ni son la mitad. Son más.

Su relevo como vicepresidente será la ministra de Trabajo. Paréntesis: en 2019 iba a haber sido vicepresidenta Irene Montero, en aquel primer gobierno de coalición que no llegó a ver la luz, ¿se acuerda usted?, ¿se acuerda alguien? Vicepresidenta, Irene Montero. Dos años después, Iglesias prefiere a Yoanda Díaz. Porque es Iglesias siempre el que coloca y descoloca. Cierro Paréntesis.

Las elecciones generales tocan en noviembre de 2023, dentro dos años y ocho meses. ¿A qué viene la urgencia de Podemos por proclamar ya una candidata? ¿Cuándo calcula Iglesias que van a ser las elecciones generales? Es ya lo que nos falta en este efecto mariposa, o moscardón, que empezó en Murcia. Que el tablero salte definitivamente por los aires y Sánchez, dependiendo de cómo salga Madrid, toque a rebato.

Del efectó dominó culpa el vicepresidente, téngase esto en cuenta, al Partido Socialista con el que gobierna España. O sea, a Sánchez.

El nuevo intento de alianza entre el PSOE y Ciudadanos. Ahí escuece. Otra vez Sánchez queriendo ampliar su cartilla de baile para no depender sólo del adversario morado. Que ahora vuelve a revelarse como adversario: Iglesias no concurre al cuatro de mayo porque toda su vida haya querido ser diputado autónomico en Madrid, concurre ---ya lo dijo él ayer--- con la ambición de que la izquierda alcance el gobierno y, subrayado importante, liderar ese gobierno él. No le basta con que salga la suma. Si sale, el presidente de Madrid debe llevar moño. Gabilondo, toma nota. Iglesias viene a por ti. Y sólo después de ti, a por Díaz Ayuso. Y antes de vosotros dos, a por Iñigo Errejón: a ver cómo dice que no a una candidatura conjunta cuyo líder sea... el mismo que hace dos años le despreció. Porque de aquel divorcio vienen también estos lodos. Creyó que frente a Errejón, apodado entonces el traidor, bastaba con presentar a Isa Serra y se coló. Hoy las encuestas dicen que Más Madrid roza el trece por ciento del voto y que Podemos no tiene asegurado el cinco imprescindible para entrar en el Parlamento regional. Riesgo serio de quedarse fuera. Y Podemos es, en esencia, un partido madrileño. Descontando confluencias y marcas aliadas en distintos territorios, a Podemos lo que le queda es Madrid. Está en juego la supervivencia.

A Pablo Iglesias no le vale con que salga la suma. Si sale, el presidente de Madrid debe llevar moño.

Ningún gobernante abandona la vicepresidencia del gobierno de su país para presentarse a diputado autonómico. Salvo que pese más en él la militancia de partido que el servicio público. Y salvo que, como le ocurre a Iglesias, le guste más competir que trabajar. Ser revulsivo electoral le pone. Presentarse como el salvador de las izquierdas frente a la amenaza fascista le sirve como relato para justificar el paso. Iglesias siempre quiso haber vivido en los años treinta. El frente popular para impedir que vuelvan a ganar las derechas. No parece que sean las derechas las que han encajado como revés su aterrizaje sorpresa. En el PP están felices, como en Vox, de tener asegurado que ningún votante conservador se quede en casa.

Presentarse como el salvador de las izquierdas frente a la amenaza fascista le sirve como relato para justificar el paso. Iglesias siempre quiso haber vivido en los años treinta. El frente popular para impedir que vuelvan a ganar las derechas.

En Ciudadanos se ven condenados, con razón, a la irrelevancia. Y Es el PSOE el que está recalculando. Porque es al PSOE al que esta candidatura le complica la vida. Y se nota. De todas las aportaciones que Sánchez le podía haber reconocido a Iglesias en este año de gobierno ---los Presupuestos, el salario mínimo, el ingreso vital--- no escogió ayer ninguna de ellas. Lo único que mencionó Sánchez de la gestión de Iglesias fue justo la más controvertida... las residencias de mayores.

Mientras Pablo Iglesias no abandone su escaño, su determinación para entregarse en cuerpo y alma a las necesidades de su patria chica madrileña van a seguir estando cuestionadas

Cinco de mayo, el día después de las elecciones en Madrid. Posibles escenarios: un Iglesias triunfante se convierte en presidente regional con el PSOE en de costalero y Gabilondo dándose a la fuga (mientras Casado pone a remojar sus barbas); o una Ayuso triunfante conserva el poder previo paso por la ventanilla de Vox y con Iglesias naufragado pasando de la Asamblea autonómica y buscando otro reto que le ponga. Por ejemplo, volverse la política nacional. Mientras Iglesias no abandone su escaño, su determinación para entregarse en cuerpo y alma a las necesidades de su patria chica madrileña van a seguir estando cuestionadas. Deja la vicepresidencia. ¿Deja también el escaño?