OPINIÓN

Monólogo de Alsina: "Sánchez, el constructor de muros"

Carlos Alsina analiza las claves del discurso de Pedro Sánchez en la primera sesión del debate de investidura celebrado ayer en el Congreso, donde el presidente del Gobierno se dedicó a "polarizar, crispar y a satanizar a medio país".

🔴 Última hora del debate de investidura: Sánchez resultará investido previsiblemente con mayoría absoluta en la votación de hoy

Carlos Alsina

Madrid | 16.11.2023 08:50

Irene y Belarra en sus últimas horas de ministras. Yolanda, profeta de la suma, la integración y el contrato indefinido, se sacudirá a las dos ministras que le estorban. Con el visto bueno de Pedro, que una vez llegó a ofrecerle a Irene ser su vicepresidenta.

Se predica la integración y la suma mientras las de Podemos son extinguidas

La política sirve para acordar, excepto el reparto de ministerios con Podemos, que ahí no tiene Díaz nada que acordar. Y la política sirve también para acordar-se. Del día en que Pablo ungió con su dedo de sumo pontífice morado a Yo Yolanda como su heredera. Ni se olía Pablo entonces que su legendaria agudeza política terminaría en esta escabechina de los suyos y las suyas.

Se predica la integración y la suma mientras las de Podemos son extinguidas sin que nadie derrame ni media lágrima. Ni por ellas ni por Alberto Garzón, el consumido ministro de consumo que va acabando de llenar sus cajas de cartón para abandonar discretamente la política tras el éxito arrollador que su gestión ha supuesto para la coalición, ¿cómo se llamaba?, Izquierda Unida.

Sánchez ultima la operación de cirugía reconstructiva destinada a mejor la estética de sí mismo

Buen viaje a todos los ministros -de Podemos, del PSOE y asimilados- que en breve van a dejar de serlo. Es posible, incluso probable, que sea la abrumadora mayoría del gabinete. Sánchez ultima la operación de cirugía reconstructiva destinada a mejor la estética de sí mismo. Sólo tiene asegurada la supervivencia Yolanda Díaz. El resto, a rezar para que no les pase como a Ábalos, que el presidente había comentado con él los cambios pero sin avisarle de que el primer depurado iba a ser él. Qué dura es la vida del soldado, Margarita.

Pedro Sánchez Pérez-Puigdemont (perdón, Castejón) será investido de nuevo presidente

A la hora de comer, plato arriba plato abajo, Pedro Sánchez Pérez-Puigdemont (perdón, Castejón) será investido de nuevo presidente con más apoyo parlamentario que hace cuatro años. En primera votación y con mayoría absoluta. Presidente por la gracia de Puigdemont. Enhorabuena a los agraciados. (Los agraciados con la investidura, Pedro y Yolanda, y los agraciados con la amnistía, entre 400 y 1.300, esto es como la asistencia a las manifestaciones, 400 según el PSOE, 1.300 según Junts per Cataluña, menos mal que no se ha escrito la ley a la medida de los beneficiarios).

Sánchez es el primero en hacer pasar por instrumentos de solidaridad y progreso a las fuerzas separatistas de todo signo, derecha independentista afín a Putin incluida

El presidente lo seguirá siendo para cuatro años habiendo marcado un nuevo hito en su carrera política, doble hito: no sólo es el primero que consigue armar una mayoría absoluta habiendo perdido las elecciones generales sino que es el primero en hacer pasar por instrumentos de solidaridad y progreso a las fuerzas separatistas de todo signo, derecha independentista afín a Putin incluida). Méritos para la navegación a vela y a motor, según cómo sople el viento, no se le pueden regatear al señor de la España plural y diversa, constructor de muros para aislar a las derechas al tiempo que predica las bondades del diálogo y el entendimiento entre diferentes. Pura concordia su discurso de investidura, presidente, pura concordia.

Sánchez, constructor de muros para aislar a las derechas

Calcadito el trabajo que hicieron nuestros padres y nuestros abuelos -calcadito el espíritu de la Transición- con este discurso que se marcó usted ayer, dirigido a la mitad de la sociedad que vota o izquierda o separatismo para que aprenda a despreciar, y a combatir, a la otra mitad, que vota derecha.

Pura concordia, presidente, pura concordia.

Sánchez alumbró ayer -verbo de moda- un nuevo género de discurso presidencial. El discurso auto-refutativo. Dícese de aquel que predica una cosa en la primera frase para hacer justo la contraria en la segunda. Llena treinta o cuarenta folios de arremetida contra el primer partido del país, que es derechas, y contra doce gobiernos autonómicos, que son de derechas, y a renglón seguido se atribuye la voluntad de forjar consensos, cerrar heridas, cultivar la convivencia y el reencuentro.

No aspira a la convivencia con los españoles de derechas, ni al reencuentro con los votantes que ha ido perdiendo la izquierda

A estas alturas ya sabemos que cada vez que el presidente pronuncia estas tres palabras, convivencia, reencuentro y diferentes, se está refiriendo a la convivencia con independentistas catalanes, al reencuentro con los independentistas catalanes y a lo diferentes que son los independentistas catalanes de él mismo, sin ir más lejos. Sin ir más lejos porque no aspira el presidente a ir nunca más allá. No aspira a la convivencia con los españoles de derechas, ni al reencuentro con los votantes que ha ido perdiendo la izquierda, ni a cultivar el entendimiento con los diferentes si estos son, qué te digo yo, del PP. Mucho menos de Vox. Es lo que hay.

Sánchez escogió mantener la mirada a ras de barro

Sánchez tenía desde el jueves pasado la investidura hecha. No estaba compitiendo ayer por arrebatarle a Feijóo la investidura porque Feijóo hace un mes y medio que perdió la suya. Sánchez pudo haber empleado su hora y media de homilía para levantar la mirada y dirigirse no sólo a quienes le investirán hoy, sino a los varios millones de españoles que no quieren ni verle. Pudo haber levantado la mirada para hacer una exposición, y defensa, de su amnistía a la altura del acontecimiento histórico que supone. Pudo haber levantado la mirada para ofrecer a sus propios votantes la explicación que aún les debe sobre su cambio de opinión sobre la bondad y la legalidad de amnistiar gente.

El presidente disfruta más del choque que del abrazo. Para él, el Hemiciclo siempre será un ring

Pero escogió mantener la mirada a ras de suelo. A ras de barro. Si su mejor argumento para defender la amnistía es ‘que se jorobe la derecha’ es que anda tan corto de argumentos como de escaños propios. El presidente, no es un secreto a estas alturas, disfruta más del choque que del abrazo. Para él, el Hemiciclo siempre será un ring.

Los pasajes de su discurso sobre la convivencia y la concordia los despachó con tono de notario. Los pasajes de arremetida contra la derecha, sin embargo, los disfrutó. Vivamente, diría. Y con él, todos los diputados del Frente Progresista-Separatista, el Frente Sindios, porque nada hay menos progresista que el separatismo, vive dios.

Predica contra la polarización mientras polariza

Carece de sentido predicar la concordia y celebrar, a la vez, los cordones sanitarios. No se combate la polarización reduciendo la diversidad a dos únicas opciones: el bien y el mal, las fuerzas de la luz (donde está Puigdemont) contra las tinieblas del caos (donde está la España de derechas). El maniqueísmo es lo contrario de la complejidad. La inquisición es lo contrario de la tolerancia. La división entre santos y herejes es propia de la religión, no de la política. Partir España en dos es lo contrario de unir España. Predica contra la polarización mientras polariza.

Si el de ayer es el Sánchez de la concordia, cómo será el de la discordia.

El presidente saldrá hoy investido por el Congreso que representa a la sociedad española. Gobernará un país que tiene once millones ciento cincuenta mil votantes de derechas; diez millones ochocientos mil votantes de izquierdas; y un millón y medio de votantes separatistas. Gobernará un país cuya Cámara Alta, tan representante del pueblo como la Baja, tiene mayoría absoluta conservadora. Gobernará un país en el que doce de las diecisiete comunidades autónomas tienen parlamentos con mayoría de derechas. Si la pretensión del presidente es levantarle un muro a la derecha que vaya midiendo la longitud del muro.

Si la pretensión del presidente es levantarle un muro a la derecha que vaya midiendo la longitud del muro

El partido del presidente, PSOE, sólo gobierna Asturias, Navarra y Castilla La Mancha. Cogobierna en el País Vasco. Sólo tiene mayoría absoluta en la tierra de García-Page. Cuando Sánchez llegó al gobierno, el partido Vox no tenía un solo diputado. No estaba en el gobierno de ninguna comunidad autónoma. Tiene todo el sentido que el presidente que va a seguir siéndolo cuatro años, de un país que es el que es (no el que él desearía), se haga, cinco años después de empezar a gobernar, y presumiendo cada hora de cada día de lo extraordinariamente que lo hace todo, la pregunta que ayer formuló en voz alta.

Pura concordia lo de ayer

La formuló pero no la contestó. Puede que el día que se anime a contestarla reconozca entre las posibles causas el incansable esfuerzo que viene haciendo por satanizar, caricaturizar y desdeñar a todos los españoles que votan opciones conservadoras. Gentes retrógradas, desinformadas, atrapadas por el trumpismo, el bolsonarismo y los bulos de la derecha mediática (y bla bla bla).

No se combate la polarización alimentándola. No se rebaja la crispación crispando. No se une al país satanizando a medio país.

Pura concordia lo de ayer, presidente, pura concordia.

No se combate la polarización alimentándola. No se rebaja la crispación crispando. No se une al país satanizando a medio país

Tan legítimo es el gobierno que hoy será investido como la oposición que ha salido de las mismas urnas.

Tan representante de la sociedad es el Congreso que hoy va a investir a Sánchez como el Senado en el que el PP tiene mayoría absoluta.

Tan legítimo y democráticamente elegido es el Parlamento de Navarra, que hizo presidenta a Chivite, como todos y cada uno de los parlamentos con mayorías conservadoras que han investido presidentes del PP.

Tan fácil es la tentación de deslegitimar al gobierno como la tentación de deslegitimar a la oposición.

Feijóo repitó ayer que el gobierno es legítimo

Feijóo se ocupó de repetir ayer varias veces que no alberga duda alguna sobre la legitimidad de esta investidura. Imagino que sabe que le va a dar igual. Ya se estrenó como líder de oposición en el Senado, junio de 2022, reconociendo lalegitimidad de Sánchez y ni un día han dejado de imputarle los papagayos de la órbita gubernamental que cultivara el género del gobierno ilegítimo. Cuando un salmo hace fortuna, a los creyentes lo que menos les importa es que sea cierto. Feijóo repitó ayer que el gobierno es legítimo. Sánchez perdió la ocasión de proclamar que la oposición también lo es.

Pura concordia.

Explicaciones que de verdad merece España

A ver si esta mañana, a unas horas sólo de conseguir la investidura, se anima el presidente a explicar al país que gobierna su soberano cambio de criterio sobre Puigdemont y sobre la amnistía. A ver si se anima el presidente, entre fusta y fusta contra la derecha, a explicar al país que gobierna desde cuánto Juns per Cataluña es de izquierdas. A ver si se anima, en fin, el presidente, aunque sea un minuto antes de ser investido, a explicarle al país que gobierna qué es eso de que una vez al mes va a pasar examen ante un grupo de extranjeros no identificados en Ginebra.

A ver si se anima el presidente, entre fusta y fusta contra la derecha, a explicar al país que gobierna desde cuánto Junts per Cataluña es de izquierdas

Son explicaciones a las que tiene derecho la España de derechas que preferiría que el presidente fuera otro. Y son explicaciones que merece la España de izquierdas que de verdad apuesta por la concordia y el reencuentro no sólo de los catalanes sino de todos los españoles.