OPINIÓN

Monólogo de Alsina: "Quien se mueva, pasaporte"

Carlos Alsina reflexiona en su monólogo sobre la versión oficial socialista defendiendo que aún no se está hablando de amnistía en la negociación con Puigdemont, mientras expulsan y desdeñan a figuras históricas del PSOE como Redondo, Guerra y Felipe González.

Carlos Alsina

Madrid | 15.09.2023 08:45

El último condenado por corrupción de la órbita puigdemónica se llama Miquel Buch. Otro que tendrá que cruzar los dedos a ver si le suena la flauta de la amnistía. Y en lugar de cumplir la condena puede reclamar al Estado por haberle perseguido injustamente.

Miquel Buch condenado a cuatro y años medio por malversación y prevaricación

¿Quién es Miquel Buch? Pequeño ejercicio de memoria histórica y democrática en homenaje al gobierno en funciones, que tiene un ministerio con ese nombre. Miquel Buch fue consejero de Interior en el gobierno del inefable Joaquim Torra. Cuando el aún más inefable Puigdemont se largó a Bruselas para esquivar la querella de la Fiscalía General del Estado, marchó con él el jefe de los escoltas de la Generalitat, señor Escolà.

Lo hizo sabiendo que a él le paga el sueldo la administración, no Puigdemont, y que su obligación profesional no es acompañar en su expatriación a un individuo reclamado por la justicia. Al principio recurrió a todo tipo de trampas para seguir cobrando como si estuviera trabajando: que si una baja médica, que si los días libres pendientes, que si otra baja. El caso empezó a cantar la traviata, claro, y entonces el consejero se inventó la forma de que pudiera seguir cobrando sin abandonar al compadre Puigdemont. Le hizo un contrato de asesor, cargo de confianza del consejero. O sea, otra trampa.

La corrupción no es sólo que metas la mano en la caja para quedarte la pasta, es que la metas para pagar una actividad ilícita y porque a ti te viene bien

La sentencia declara probado que la asesoría era un cuento chino y que, por tanto, se malversó el dinero de los catalanes. Que en eso consiste también la corrupción. No es sólo que metas la mano en la caja para quedarte tú la pasta, es que la metas para pagar una actividad ilícita y porque a ti te viene bien. ¿A quién beneficia que un mosso de esquadra esté en Waterloo haciéndose selfies con el prófugo en lugar de en Barcelona cumpliendo con su trabajo? Pues al prófugo, únicamente. No a los catalanes que tributan, desde luego.

La Audiencia de Barcelona emitió ayer sentencia. Recurrible, por supuesto. Condena al ex consejero Buch a cuatro y años medio por malversación y prevaricación. Imagino a los expertos estos que andan preparando papeles por si Sánchez diera luz verde a lo de la amnistía viendo a ver cómo encajan un pufo como este en la larga lista de causas judiciales, delitos y delincuentes, objeto (hipotéticamente) de la cabeza borradora: ¡Félix, méteme en la lista el procedimiento 134-barra-dos mil veintiuno! ¡Pero si es un mangoneo de libro! Tú mételo, por si acaso.

Puidgemont, al conocer ayer la sentencia, se soltó de nuevo el flequillo contra el malvado Estado español

Después de todo, el escolta no se habría ido a Bruselas si Rajoy no le hubiera dicho que no a Artur Mas cuando le pidió el pacto fiscal. Dices: un poco forzado el argumento. Pero éste es el caso. El último caso juzgado.

Indignadísimo el nuevo mejor amigo de Sumar

Puidgemont, al conocer ayer la sentencia, se soltó de nuevo el flequillo contra el malvado Estado español. ¡España está podrida! Es un acto de barbarie, una venganza. ¡Las órdenes del rey de ir a por todos nosotros siguen intactas! Indignadísimo el nuevo mejor amigo de Sumar. Dices: sobreactuado. Bueno, es su registro.

Y añadió este recado que es para Pedro, mira: ‘Si en España aún no han entendido por qué nunca renunciaremos a la unilateralidad, y por qué desconfiamos, aquí tienen una de las muchas razones acumuladas’. Que lo sepas.

A ver, teniendo esta idea que tiene del Estado español, cuya segunda autoridad -después del rey- se llama Pedro Sánchez, igual lo que tendría que explicar a su parroquia de irredentos es por qué anda haciéndose querer como salvavidas de ese gobernante tan falso, tan incumplidor y tan tremendo.

En la Moncloa insisten en que aún no hay amnistía

La versión oficial de la Moncloa mantiene que aún no hay nada sobre amnistías no amnistías. El aún es revelador porque viene a reconocer que el plan es que lo acabe habiendo.

Diez días después de que Puigdemont expusiera que la amnistía es condición previa para empezar a hablar de investir a Sánchez no se ha escuchado a nadie del gobierno, ni del PSOE, pedirle que no pida imposibles porque así no hay negociación posible. Repito: diez días después no se le ha escuchado al gobierno que esa condición no es asumible.

Si de Yolanda dependiera, al escolta le harían un homenaje por la lealtad que demostró al presidente Puigdemont

(Perdón, rectifico: no se le ha escuchado a la parte socialista del gobierno, porque a la otra se le ha escuchado que sí, que adelante con la amnistía, que lo que tú quieras, Carles. Si de Yolanda dependiera, al escolta le harían un homenaje por la lealtad que demostró al presidente. Y a consejero condenado le haría ministro, por lo menos).

La versión oficial socialista es que no hay nada aún sobre la mesa. Y que no hay por qué andar opinando sobre hipótesis.

Redondo, expulsado. Felipe y Guerra, desdeñados

Ayer fue purgado Nicolás Redondo Terreros, por opinar demasiado y demasiado críticamente sobre la deriva de su partido. Un histórico del PSOE, a la calle.

Ya te digo, María Jesús. En la foto del pasaporte. Ahí tiene usted la puerta. Redondo, expulsado. Felipe y Guerra, desdeñados. Porque ya no influyen. Y porque son de otra época.

Es curioso cómo la dirección del Partido Socialista cuando le conviene presume de los 144 años que tiene la organización -Sánchez se pasó la campaña invocando a Pablo Iglesias el de verdad, el fundador del PSOE, emocionado al pisar Casa Labra- y, a la vez, va mandando a negro a las figuras históricas del partido que aún viven.

Orgullosísimos de nuestra historia, pero estos vejestorios que no enreden. Si aún viviera Pablo Iglesias Posse, y se le ocurriera opinar, tendría que ver cómo Adriana Lastra le dice que no moleste. Que ya no es tu tiempo, hombre. (Bueno, si aún viviera Pablo Iglesias sería un milagro, claro, tendría más de ciento setenta años; si a Felipe con ochenta y uno, no le soportan, a uno de 178 ni te cuento.

¿Sabemos si a Patxi López le parece justo y necesario amnistiar a Puigdemont?

Ayer subrayábamos aquí cómo Patxi López, que a diferencia de los viejos está hecho un chaval, utilizó el plural al cargar contra el ex presidente Aznar. Un profeta de la concordia y de la convivencia Patxi López. Lo demuestra cada vez que sube a la tribuna del Congreso a dar réplica a la derecga. ¿Cómo fue lo que le dijo Tamames?

Entonces, ¿qué?, ¿sabemos ya si a Patxi López, ex lendakari, ex presidente del Congreso, portavoz parlamentario del segundo grupo de la Cámara, le parece justo y necesario amnistiar a Puigdemont, como éste reclama? Eh, que aún no se ha presentado proposición de ley alguna. Bueno, ya, pero se podrá opinar sobre las opciones, ¿no? Entonces, ¿sabemos si a Patxi López, ex presidente del Congreso, le parece que hay una mayoría social que demanda que a Puigdemont se le amnistíe? ¿Sabemos ya si le parecería aceptable dejar impune a Puigdemont habiendo prometido a los votantes todo lo contrario?

Patxi opina sobre las opiniones que emiten los demás. Las propias las oculta

Pues no. Todo eso no lo sabemos. Patxi opina sobre las opiniones que emiten los demás. Las propias las oculta. En un sanísimo ejercicio de transparencia con quienes le han puesto donde está, que son los votantes. Bueno, y Pedro, claro.

En el combinado pedrista se ha extendido la alergia a pronunciarse y a que se pronuncien los demás. Ahí tiene usted a Nadia Calviño, que ni siquiera milita en el PSOE, censurando también que los jubilados opinen.

No acaban de encontrar su sitio. ¿Cuál es su sitio, vicepresidenta? ¿El monasterio de clausura? Eh, usted, que ya no está en primera línea, cállese y no nos dé lecciones.

Aznar negoció amnistías. Esto es una noticia. ¿Con quién y cuándo? Y presumía de hablar catalán en la intimidad, esto dicho como imputación, eh. Si presumía de hablar catalán en la intimidad para que le apoyara Pujol cómo se atreve a estar en contra de amnistiar a Puigdemont. Es de una solidez argumental imbatible. Total, viene a ser lo mismo: cortejar a Pujol ensalzando el catalán y amarrar los votos de Junts dejando sin juzgar a Puigdemont.

Los de la primera línea política censuran a los veteranos por dar su opinión, pero evitan a toda cosa dar la suya

Bueno, ¿sabemos ya entonces si a la vicepresidenta Nadia Calviño, que ha encontrado su sitio en la primera línea de la política, le parece justo y necesario amnistiar a Puigdemont? ¿Sabemos ya si le parece razonable que el prófugo lo haya puesto como condición? No, no sabemos ná. Los de la primera línea política censuran a los veteranos por dar su opinión, pero evitan a toda cosa dar la suya.

Por supuesto que sí. Díselo a Nicolás.