¿Cuál es el principal desafío de la OTAN? ¿Frenar a Putin? ¿Contener a Irán? Qué va. El mayor desafío de la OTAN es mucho más volátil: contentar a Donald Trump.
Mira el mensaje que Mark Rutte, el secretario general de la OTAN, le envió al presidente de EEUU. Es uno esos mensajes de cortejo no correspondido que dan apuro leer por empalagosos. "Donald, lograrás lo que ningún presidente estadounidense en décadas"..."Europa va a pagar con creces, como debe ser, y será tu victoria".
No es una filtración, ni un desliz. El presidente de EEUU, camino de la cumbre de la OTAN, publicó ese mensaje privado (y bastante embarazoso) de pleitesía de Rutte. Traiciona su confianza ante los socios de la OTAN al tiempo que les pide lealtad.
A Trump le encanta que le hagan la pelota. Pero no sabíamos que Rutte, el encargado de velar por los intereses de toda la Alianza Atlántica, estaba tan entregado a la causa trumpista. Y la causa trumpista es peligrosa porque en cinco minutos puede ser otra.
La OTAN debate hoy aumentar el gasto militar. EEUU exige a todos los países que aumenten el gasto militar al 5%, pero sigue sin decir para qué será ese gasto. Y encima mantiene una relación muy ambigua con Rusia. Ni siquiera está claro que a Trump le interese la seguridad europea más de lo que le interesa hacer negocios con Putin, al que considera amigo.
Trump incluso ha puesto en duda el compromiso del Artículo 5 camino de La Haya. Ese que dice que si atacan a uno es como si atacaran a todos. Así que el mayor problema en la OTAN en tiempos de Trump no es ponerse de acuerdo en cuánto gastar ni que España diga que no llega al 5%. Sino qué va a hacer la Alianza con ese dinero. Porque no todos los miembros de la OTAN están de acuerdo en que Putin es una amenaza y culpable de invadir Ucrania. Trump no. Y esa es la falta de unidad que más debería preocuparnos.
¿Moraleja?
Rutte hace la pelota a ese que considera a Putin un patriota