El Gobierno español está haciendo lo indecible para que el incómodo incidente en la frontera de Melilla no le estropee lo de la cumbre de la OTAN. Incómodo incidente es medir las palabras. Podemos decir, lamentable. Lo ha dicho Sánchez pero poco más para referirse a la muerte de unas 30 personas. El argumentario gubernamental es que la culpa es de las mafias. No hay responsabilidad de Marruecos ni exigencia para que se aclaren las cosas. El rizo lo riza el ministro de Interior que dice que nunca hablamos de las mafias.
Lo que un país democrático no puede aceptar es una matanza así y el Gobierno lo está haciendo. Y lo segundo es que es falso que no se hable de las mafias. Personas llevadas a un matadero por un país con el que se supone que tenemos un acuerdo para la seguridad de los migrantes. Toda la oposición salvo Vox, pide explicaciones. Desde socios en la izquierda, hasta el PP en la derecha.
A Irene Montero no hemos podido escucharle. No le han dejado hablar. Es un tema en el que Sánchez no quiere fugas. La ministra portavoz, Isabel Rodríguez, ha respondido todas las preguntas que le han dirigido a Montero sobre el asunto de la valla de Melilla.
Sí le han dejado hablar con la aprobación de la ley trans. Parece que la ministra Calvo intentó pararla sin éxito. Montero ha sido ninguneada hoy pero es la que más proyectos propios está sacando.