La Organización Mundial de la Salud ha decretado el final de la emergencia internacional por la COVID, así lo ha comunicado hoy el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus. Una noticia como esta ya digo que tendrá poca repercusión en su vida, porque la mayoría de las restricciones ya han desaparecido de sus vidas. Quedan algunos residuos de las pandemias, algunos carteles que van amarilleando con recomendaciones, los malditos que en lugar de la carta física en los restaurantes. Hay colectivos vulnerables que siguen llevando la mascarilla, porque hay todavía un virus circulando y aunque no provoca el caos, sí tiene su gravedad para las personas inmunodeprimidas. Bueno, en España se supone que todavía hay que entrar en las farmacias y en los centros sanitarios con las mascarillas. En los hospitales sí, se ven más, pero en la farmacia, la gente dice desde la puerta no he traído la mascarilla y siempre te dejan pasar.
La noticia desde luego es una marca histórica. Aquello fue un horror, ni salimos más fuerte, ni nos redimió de nada, fue un horror. Así que hoy, en que tres años después, la OMS pone fin a la emergencia sanitaria, bastará con informar de que se han contabilizado oficialmente 765 millones de diagnósticos y 6,9 millones de muertes. Pero, estos son cálculos extremadamente conservadores. Los datos son más atroces. Además queda un sensación de cierto fracaso por el hecho de que todavía se sabe muy poco de este virus maldito. La OMS ha puesto fin a la emergencia sanitaria y queda una terrible sensación de pequeñez.
La vida sigue, la historia continúa su curso y mañana mismo tiene una cita en el Reino Unido. Acabamos de visitar Londres hace un momento. El Rey que parecía que nunca iba a reinar y que ya reina, no sin complicaciones ni problemas familiares, que en una monarquía todas las crisis son en realidad crisis familiares. Fíjense aquí cómo nos fustigamos y no es para menos, pero allí, la institución permanece incólume después de todo y todo es mucho: como la implicación del Principe Edward en los escándalos sexuales de Jeffrey Epstein o la deserción de Henry, hijo menor de Carlos, que ha abierto en canal la casa de Windsor junto a su esposa Meghan Markle en sucesivos y lucrativos episodios de un serial multimedia. Él acudirá a la Coronación, ella no. En Londres también están ya los reyes de España.
La noticia del día en España es una buena noticia y tiene que ver con los salarios de los trabajadores. Desde que la inflación comenzó a repuntar los trabajadores ven cómo sus ahorros merman, como su sueldo da para menos y en definitiva cómo ha perdido y sigue perdiendo mes a mes poder adquisitivo. Que es una forma muy suave de decir que se está empobreciendo. El Gobierno fracasó al tratar de impulsar un pacto de rentas, pero los sindicatos y la patronal sí han logrado ellos solitos un acuerdo para tratar de paliar en lo posible el empobrecimiento de los asalariados. Sindicatos y patronal alcanzan un preacuerdo para una subida de salarios de un 4% este año y un 3% en 2024 y 2025. Tampoco es que eso se vaya a corregir del todo, tampoco es que de repente vayan recuperar todo su nivel adquisitivo. Pero, al menos hay una voluntad por parte de los agentes sociales para corregir este empobrecimiento. ¿Qué ocurrirá ahora? El empresario no tiene la obligación de respetarlo y los trabajadores pueden requerir aumentos mayores si lo consideran oportuno, pero el AENC sirve como punto de partida sobre el que construir cualquier negociación colectiva. Es decir, que el acuerdo da más fuerza a los comités de empresa y a los representantes de los trabajadores para negociar con su empleador una actualización de su sueldo. Además se incluye una cláusula de revisión con alzas de hasta el 1% adicional si la inflación rebasa estos incrementos.
Ya están celebrando el acuerdo todas las fuerzas políticas, aunque en realidad el acuerdo todavía no está firmado. Dice Yolanda Díaz en un tuit: «Quiero agradecer a los agentes sociales un acuerdo tan importante destinado a proteger los salarios de las personas trabajadoras. Las organizaciones sindicales y patronales vuelven a estar a la altura de nuestro país». Ayer mismo le decía Garamendi a la vicepresidenta que no pintaba nada en estas conversaciones pero que nunca falte la primera persona del singular en una declaración de Díaz. Que por algo Alsina la bautizó como Yo Yolanda.
Al fin se conoce con quien hará campaña Yolanda Díaz en estas elecciones municipales y autonómicas. La respuesta es con todos, incluso con partidos enfrentados, porque al parece pedirá el voto tanto para Más Madrid como para Podemos, lo cual no deja de ser un lío. Ósea que va a hacer campaña por Podemos, pero sin coincidir en ningún acto con Belarra, pero a la vez pedirá el voto para Compromís en Valencia o Más Madrid en la capital, con lo que en realidad pedirá también el voto contra Podemos. Y claro Ione Belarra le pide que se aclare de una vez.
Más allá de las convicciones de Page, además es que las encuestas se percibe algo que está afectando tanto a su campaña como a la de Lambán. Cuanto más se mete Page con Sánchez, mejor le va. Y esta experiencia contrasta dramáticamente con el caso de Guillermo Fernández Vara, que en cuanto se empezó a acercar al sanchismo, comenzó a caer en los sondeos. Esto, claro, hace que los candidatos tomen nota. Al final no descarten que Page termine haciendo una campaña parecida a la de Ayuso. O Sánchez o yo. Page desdice el argumentario del Gobierno acerca de la propuesta de la Comisión Europea para armonizar las penas por el delito de malversación. Ya saben que ayer Sánchez trataba de convencernos que España tiene ya los deberes hechos gracias a sus pactos con los independentistas