LA BRUJULA

El cuaderno de Chapu: "Sendizione"

Chapu Apaolaza analiza la actualidad política en La Brújula.

ondacero.es

Madrid | 24.09.2021 20:28

Notas del 24 de septiembre. Alla cosa nostra del independentismo expat solo le faltaba un juez italiano. Don Agostinangelo Marras (en adelante el juez de Marras) ha liberado a Carles Puigdemont en Cerdeña a la espera de decidir sobre si lo entrega a España, o no. Le ha abierto la puerta un funcionario con una boina azul y el president ha salido de la trena alegre, liviano y un poco despeinado, un poco como uno sale de comer en un asador.

Ah, Puigdemont, Marco Polo de mis Españas, viajero empedernido, embajador del absurdo, casi enanito de Amélie Poulain de la autodeterminación de los pueblos. Puigdemones por el mundo, se llama la cosa, como esos programas en los los españoles van contando cuánto cuesta el alquiler y la mucama, pero en reportaje sobre la política de extradición.

Se hartó de Bélgica porque los belgas se sabe que son muy aburridos y en la Grande Place en invierno hace más frío que en Soria. Si van los caballos con orejeras. El esperpento es impagable, en el norte de Europa, tan frío y en las islas de Italia, tan italianas. Así va cantando la Rahola en Bella Ciao y Don Agostinangelo se entera de que solicita la entrega del prófugo un país con un Gobierno que lo que pretende es indultarlo por un delito cuya pena considera excesiva.

En Italia, la melancolía de Puigdemont adquiere al fin el trasfondo de comedia que siempre le intuimos y entra de lleno en lo de Fellini a la espera de que Carles se suba al árbol de Amarcord a gritar Voglio una donna, o una patroa. Conviene recordar que en Italia hay delito de sedición, que naturalmente se dice, "sedizione".