La Brújula

La carta de Ónega a las previsiones de crecimiento económico: "El empobrecimiento de los ya empobrecidos frena el consumo"

Fernando Ónega dirige su carta de hoy en La brújula a las previsiones de crecimiento económico del 4,3%.

ondacero.es

Madrid | 29.04.2022 23:37

Un saludo desencantado a una cifra, a un número, a un porcentaje. Un saludo desencantado al 4,3. Mira que manejamos guarismos cada día. Mira que la información nos inunda con datos de ocupación de hoteles, desplazamientos de Tráfico, subida de la recaudación en febrero y caída del déficit, que Hacienda parece la única beneficiaria de los precios disparados.

La información está siendo numérica como no lo había sido casi nunca. Pero el número más esperado has sido tú, 4,3. Gran secreto de estado hasta hoy. Tan secreto, que Juan Ramón Lucas le preguntó y repreguntó a Nadia Calviño, y solo dio una pista de aproximación. Y hoy se descorrió el telón: 4,3, ese es el crecimiento que se espera de la economía española para este año. Hace nada se esperaba un 7, casi tres puntos más.

En situaciones normales, pongamos que antes de la pandemia, un crecimiento del 4,3 era una maravilla. Se le llamaba milagro económico. A mí, chapado a la antigua, todo lo que sea crecer me parece positivo. Y crecer más de un 4 hasta me parece eufórico. Pero es que ahora necesitamos más, sólo para recuperar el nivel anterior al coronavirus. Pero los economistas hacen cuentas deprimentes. La puñetera guerra, que mata y destruye. Esas encuestas que pocos leen, pero hablan de caída de la confianza empresarial.

El entorno europeo, que no tira de nosotros. Las materias primas, artículos de joyería que enriquecen a sus dueños y desangran a sus compradores. La inflación despiadada que nos sigue robando poder adquisitivo. Todo esto debe hacer eso que llaman tormenta perfecta. Solo le falta la conflictividad social, que no llegará mientras la izquierda esté en el poder, pero ya hablan de ella los sindicatos, la blanden los sindicatos si los salarios no suben lo que reclaman. Y ese empobrecimiento de los ya empobrecidos frena el consumo.

Está cayendo el consumo personal y familiar, base de nuestras bonanzas. ¿Y sabes, 4,3, lo que más miedo me da? Tu factor psicológico. El factor psicológico nace al comprar el pan. Crece con forma de pesimismo. Y las recesiones se forman y crecen en el pesimismo. Necesitamos no caer en él, ahora que estamos a tiempo. Y el optimismo, ese misterio, necesita una voz que, como a Lázaro, le diga “levántate y anda”.