LA BRUJULA

La carta de Ónega a los 15 euros del SMI: "Ni los Presupuestos Generales del Estado tienen tantos efectos como vosotros en la vida del país"

Fernando Ónega dirige su carta en La Brújula a los 15 euros añadidos al Salario Mínimo Interprofesional

ondacero.es

Madrid | 17.09.2021 23:24

Déjame saludar a un puñado de euros que hoy monopolizaron el debate público, proclamaron ganadora política y hasta parece que agrandaron las fisuras del gobierno y quebraron la cultura del pacto social.

Sois exactamente 15. 15 euros, el low cost de los salarios, que multiplicados por un millón de personas que los podrán cobrar suman 15 millones. 15 millones al mes. Más o menos, lo que iba a pagar el Real Madrid por Mbappé. No quisiera exagerar, pero no recuerdo que una cantidad así haya suscitado tanto revuelo alguna vez. Hizo que el Banco de España, nada menos que el Banco de España, se pronunciase y dijo que con ese dinero se ayuda a combatir la desigualdad, pero puede perjudicar al empleo juvenil.

Se volvió a pronunciar Garamendi, presidente de la CEOE, y dijo que el Gobierno y los sindicatos invitan a cenar, pero paga el empresario, sobre todo el pequeño, y añadió que por esa cantidad hará crecer la economía sumergida.

Ni los Presupuestos Generales del Estado tienen tantos efectos como vosotros en la vida del país, queridos 15 euros. Han sido más debatidas esas monedas que los miles de millones que sube cada mes la deuda pública. Infinitamente más debatidos que los otros cientos de millones que se van por la alcantarilla del dispendio.

¡Pobre Yolanda Díaz, pobres Unai Sordo y Pepe Álvarez! Como aumente el paro juvenil, mucho más no puede aumentar, caerá sobre vuestra conciencia la subida del salario mínimo.

Yo mismo estoy acomplejado, porque me acabo de gastar ese dinero en un cubata y tengo remordimiento de conciencia, como cuando era pequeño y mi madre me decía que tirar el pan era pecado. Nunca me lo dijo del jamón, ni oí que nadie lo dijera del marisco: el pecado era tirar el pan. Debía ser que el pan era el alimento principal. O el Cuerpo de Cristo, todo puede ser. Somos muy pobres, queridos 15 euros. No pensaba yo que fuéramos tan pobres. Tampoco pensaba yo que pudieseis influir tanto en la igualdad social. Es evidente que estaba equivocado. Pobrecito mi patrón, piensa que el pobre soy yo, y a ver quién es el pobrecito, si esa cantidad no puede pagar. Arruinado por 15 euros. Y a esto llaman recuperación. A esto le llaman bienestar.