Pero lo cierto es que The Wire (la traducción más aproximada sería la escucha) es una obra monumental: 60 capítulos que abordan el tráfico de drogas en una ciudad como Baltimore desde todas las perspectivas posibles y sin ningún artificio. De hecho, tras ver todas las temporadas le queda a uno un poso muy amargo, una sensación de derrota tremenda. Y desde el punto de vista policial, la serie es impecable…
De hecho, yo he comentado la serie con policías y son los primeros sorprendidos de la fidelidad que guarda la serie con la realidad. Y es que en The Wire apenas hay las escenas de acción a las que estamos acostumbrados. La serie refleja el día a día, el combate desigual entre policías y traficantes. Recuerdo varios capítulos en los que los agentes tienen que vigilar desde una azotea un punto de venta sin ningún resultado, o cuando instalan una cámara que es reventada por los traficantes… Son situaciones reales, que les ocurren todos los días a los agentes que luchan contra la droga, no sólo en las calles de Baltimore, sino también en las de Madrid.
En The Wire, además, ni los buenos son totalmente buenos ni los malos son totalmente malos. Como la vida misma, Omar Little, el personaje favorito del presidente Obama, es un homosexual dedicado a lo que se conoce en España como hacer volcados, es decir, robar droga a traficantes. Los policías como McNulty, Bunk o Freamon, cruzan muchas veces las fronteras de la ley, falsean informes para tratar de que un juez les autorice algo o sus jefes les obligan a maquillar estadísticas –¿os suena?– Los confidentes, como Bubbles, no son altruistas ciudadanos, sino que son toxicómanos capaces de vender a cualquiera por una dosis y que viven en un difícil equilibrio y soportan muy mal la presión de los policías con los que colaboran.
La considero una obra maestra de obligada visión para todos aquellos que llevan el discurso de la lucha contra la droga a la simplificación. Lo que ocurre en The Wire es la realidad, no solo de Baltimore, sino de cualquier gran ciudad de occidente. Pero no solo desde el punto de vista policial. Los oyentes que se dediquen a la docencia en algún instituto público de una zona, digamos, dura, no se pueden perder la temporada dedicada a las aulas. Y la quinta temporada, centrada en el Baltimore Sun, el diario de la ciudad –en el que trabajaba, por cierto, el creador de la serie, David Simon, debería ser de obligada visión para los estudiantes de periodismo y para los que nos dedicamos a este oficio. Ya en 2007, Simon escribió un diálogo entre dos periodistas del diario. Uno le decía al otro, hablando de la crisis de la profesión que se vislumbraba: “Habrá que hacer mucho más con menos medios.” Premonitorio, ¿verdad?
La monumental The Wire no hubiese sido posible si antes David Simon no hubiese escrito dos magníficos libros: 'Homicidio' y 'La esquina', ambos publicados por Principal de los Libros. Homicidio es el resultado de la convivencia de Simon durante un año con los agentes del Departamento de 'Homicidios' de Baltimore, algo así como el sueño de cualquier reportero de sucesos hecho realidad. Y 'La esquina', escrito con Ed Burns, ex policía –uno de los protagonistas de Homicidio– es una obra desoladora, durísima, centrada en una familia destrozada por el tráfico y el consumo de drogas. El libro es el germen de The Wire.
Los Soprano, otra serie de HBO y otra obra maestra. Seis temporadas para conocer a la familia Soprano, una familia mafiosa despojada de todo el glamour que tenían habitualmente los personajes de la mafia que nos había enseñado hasta entonces el cine. Basta comparar a Tony Soprano con, por ejemplo, el inolvidable Michael Corleone, que llega a ser recibido por el Papa.
Los Soprano viven y delinquen en New Jersey, pero sus maneras, su forma de matar, de interactuar, está mucho más cerca de los mafiosos italoamericanos que, de hecho, siguen viviendo en Estados Unidos. Hasta su aspecto, su forma de vestir. Pero es que los creadores de Los Soprano tenían una buena fuente de información en un libro sensacional, 'Honrarás a tu padre,' de Gay Talese, una de las principales figuras de eso que se llamó el nuevo periodismo y cuyo representante más conocido es Tom Wolfe. El libro de Talese, editado por Alfaguara, es una obra monumental sobre una de las familias mafiosas más importantes de Nueva York, Los Bonnano. El libro, que se lee como una novela trepidante, arranca con el secuestro en 1964 de Joseph Bonnano, al que la policía de Nueva York dio por muerto. Sin embargo, un año después, apareció y esta ‘resurrección’ provocó una cruenta guerra…
Se lee como una novela, pero no lo es. Talese pasó siete años ‘empotrado’ en la Mafia. Siete años entre Sicilia y Estados Unidos, en los que se relacionó con criminales y sus familias y ese es el gran mérito de la obra, que luego se reproduce muy bien en Los Soprano: se habla de los mafiosos como personas, con sus miserias y debilidades, no solo como criminales.
Crematorio, una serie española que no tiene nada que envidiar a las grandes producciones norteamericanas, de ocho capítulos producida por Canal Plus, está basada en un complejo libro de Rafael Chirbes, de aparente difícil adaptación por su estructura formal. Pero lo cierto es que el resultado fue sensacional y con muchas coincidencias con la realidad.
La serie cuenta la historia de Rubén Bertomeu, un constructor convertido en prácticamente el dueño de una ficticia ciudad mediterránea española a base de delinquir, de doblegar voluntades con sobornos, de sus alianzas con la mafia rusa y de prácticas corruptas… ¿Os suena? El personaje principal, interpretado de manera magistral por Pepe Sancho, hace sus primeros millones quemando bosques para que los terrenos sean recalificados y trayendo droga desde Sudamérica en el estómago de caballos, a los que luego mata y entierra, en lugar de incinerarlos, con la complicidad del dueño de un crematorio. Hace un par de semanas contábamos en Interviú como Ángel Fenol, uno de los máximos beneficiarios de la corrupción en Alicante destapada en el caso Brugal, en lugar de tratar la basura en las plantas de residuos, enterraba la basura de manera ilegal con el consiguiente riesgo para la salud.
Es una coincidencia, que recuerda también a las prácticas de la camorra napolitana, que han tenido en la concesión de la recogida de la basura uno de sus grandes negocios. Hay muchas más. En la novela y en la serie aparecen muchos personajes que son calcados de tramas reales: policías corruptos que mantienen informado al constructor de la llegada de agentes incorruptibles procedentes de unidades centrales de Madrid; un abogado que realiza trabajos que van mucho más allá de lo que dice la ética de la profesión; un tipo que realiza todos los trabajos sucios del constructor y que incluso llega a matar por él. Todo, desgraciadamente, extremadamente real…
Volvemos a salir de España, para hablar de dos series gemelas, la original, la primera, procede de Dinamarca y se llama Forbrydelsen, es decir, el crimen. Basada en ésta, en Estados Unidos se hizo The Killing. Las tramas y los personajes de las dos son idénticos, pero una está localizada en Copenhague y la otra en Seattle. Ambas series están muy bien hechas y cuentan todo lo que rodea al asesinato de una chica de 19 años, Rosie Larsen en el caso norteamericano y Nana Larsen en el danés…
The Killing es una gran serie, con una trama muy cuidada y con unos policías extremadamente reales. Una agente y su compañero son los que llevan el peso de la investigación, el trato con la familia de la víctima, las complicadas relaciones con un político que se ve salpicado por el crimen. Y esto es así en la realidad. Los crímenes, por tremendos que sean, suelen ser investigados por apenas un par de policías que, eso sí, reciben el apoyo puntual de otras unidades. Además, en The Killing se refleja mejor que en ninguna otra serie el duelo de una familia que pierde una hija en unas circunstancias tan dramáticas: las tensiones entre el matrimonio, el trato a los hijos que quedan, las sospechas hacia el entorno de la víctima…
Esta música es el tema principal de una serie histórica muy buena, Boardwalk Empire, que está siendo emitida por esta casa, por Antena 3. La serie está centrada en el Atlantic City de los años 20, en plena Ley Seca y su personaje principal, el que interpreta el genial Steve Buscemi, es Enoch Nucky Thompson, un personaje basado en alguien que existió realmente: Enoch Nucky Johnson.
Nucky Johnson, su alter ego en la serie, fue un político republicano que se alió con mafiosos, contrabandistas y toda clase de delincuentes para controlar la floreciente Atlantic City de la época de la Ley Seca, cuando la ciudad se promocionaba como ‘el patio de recreo del mundo’. Nucky, tenía participación en todos los negocios de la ciudad, que él como responsable del condado tenía que controlar: bebida, juego, prostitución…
No la he seguido, pero varios oyentes del programa me recomendaron en Twitter Breaking Bad, la historia de un profesor de química metido a productor de metanfetamina, una droga que en Estados Unidos se han convertido en uno de los principales problemas de las autoridades anti-narcóticos; otros oyentes hablaron de Dexter, la serie protagonizada por un forense que también es asesino en serie, algo retorcido para mi gusto; otros recomendaron Roma Criminal, una producción italiana de la que he visto varios capítulos y que tiene muy buena pinta…
Dejamos aquí las serie porque quieres dedicar también parte de este espacio a más recomendaciones literarias de las que has citado ya…
Sí, vamos a intentar contribuir, con el permiso de mis colegas de otros Territorios, a que crezca la afición por la lectura. El primer libro que quiero recomendar es 'Crímenes' ,para mí uno de los libros del año, editado por Salamandra. Está escrito por Ferdinand Von Schirach, un abogado penalista alemán que en apenas 180 páginas ha escrito más de la condición humana que muchos otros en volúmenes enteros…
Os anoto con este fragmento por qué me ha gustado tanto : “Yo cuento las historias de asesinos, traficantes de drogas, atracadores de bancos y prostitutas. Todos tienen su historia y no son muy distintos de nosotros. Nos pasamos la vida danzando sobre una fina capa de hielo; debajo hace frío y nos espera una muerte rápida. El hielo no soporta el peso de algunas personas que se hunden. Ése es el momento que me interesa. Si tenemos suerte, no ocurre nada y seguimos danzando. Si tenemos suerte”.
Este fragmento es toda una declaración de intenciones de las once historias que este abogado alemán nos cuenta a continuación. Son historias de crímenes terribles narradas con una sencillez tremenda, que le dan al libro una dimensión tremenda de realidad, de acercamiento a los hechos sin ningún tipo de artificio. Habla de un tipo que descuartizó a una mujer, de un ajuste de cuentas de la mafia japonesa, de un caníbal…y todo ello sin ningún artificio. Una vez más, como la vida misma.
Quiero acabar con una recomendación periodística. El primer libro es 'Asesinato en América', publicado por Errata Naturae. Se trata de una excepcional recopilación de reportajes, todos ellos premiados con el Pulitzer, de sucesos ocurridos en Estados Unidos. Por aquí pasan los relatos sobre el asesinato de Kennedy, la matanza de Coloumbine o el asesinato de Robert Franks, un crimen cometido por dos adolescentes a principios del pasado siglo. Y la última recomendación también es periodística y española, de dos compañeros del diario ABC, Pablo Muñoz y Cruz Morcillo. Su libro, Palabra de Vor, es un sensacional y grandísimo reportaje sobre la llegada y la penetración de las mafias rusas en nuestro país y la forma en la que han sido combatidas. Periodismo de calidad en el que se cuentan historias que ningún guionista podría superar.
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