Hablabamos del incendio provocado por un vídeo difundido por You Tube, presentado como trailer de una supuesta película sobre Mahoma. ¿Qué es exactamente ese vídeo, quién lo hizo y con qué intención?
En julio de 2011, una productora norteamericana desconocida convocó un casting para un proyecto llamado ‘Guerrero del desierto’, una supuesta película de aventuras. El rodaje se llevó a cabo de manera muy cutre: casi todo en un plató, ante un croma (un fondo de color), sobre el que se añadieron imágenes de forma digital.
Es decir, que incluso esa película, ‘Guerrero del desierto’, se llega a rodar… No se sabe nada de ella hasta que este verano un usuario de You Tube colgó un vídeo de 14 minutos titulado ‘Inocencia de los musulmanes. Trailer de la película de Mahoma’. En el trailer, un bodrio que no llegaría ni a producción de serie B, se presenta al profeta Mahoma como un imbécil, además de un asesino.
Alguien el pasado mes de julio subtitula el vídeo al árabe y los grupos islamistas que operan en Internet, que son muy activos, lo localizan y empiezan a alertar de su existencia. Mientras, en Estados Unidos se descubrió que el responsable de este subproducto, que se hacía llamar –y no es broma– Sam Bacile, se llama en realidad Nakoula Nakoula.
Es un cristiano copto –la rama cristiana procedente de Egipto– residente en California, con antecedentes por fraude, que dijo ser de origen israelí, que aseguró haber recaudado cinco millones de dólares de capital judío para su película… Un personaje muy oscuro.
Cierto, porque todo parece sorprendentemente coordinado en toda esta historia…
En primer lugar, no es un vídeo, ni mucho menos, inocente. Está hecho para hacer daño y para provocar. Por ejemplo, hay una escena recoge a dos mujeres persiguiendo a Mahoma y golpeándole con sus zapatos, un signo de reproche en el mundo musulmán. También aparece el profeta haciendo un cunnilingus a otra mujer y se insinúa que es homosexual y que abusa de menores.
Y también fue bien coordinado el ataque de la embajada de Estados Unidos en Bengasi(Libia), que costó la vida al embajador Chris Stevens y a dos Navy Seals. Se produjo en una fecha tan señalada como el 11 de septiembre y todo parece indicar que entre la multitud que protestaba por el vídeo se coló un comando de Al Qaeda de manera, desde luego, poco improvisada. En mitad de ese gentío, atacaron con cohetes la delegación diplomática y posteriormente el convoy en el que trató de huir el embajador.
Entonces, el vídeo solo sería una excusa para provocar ese ataque, claro, al menos en Libia… Así lo creen las autoridades norteamericanas, que investigan incluso si todo estaba preconstituido; si la difusión del vídeo no sería parte de la estrategia de los grupos islamistas. En cualquier caso, como tantas otras veces, la reacción de los grupos radicales es desproporcionada. La publicación de las caricaturas de Mahoma, la semana pasada, en Charlie Hebdo, la revista satírica francesa, ha vuelto a avivar un fuego muy peligroso.
Sí, porque esa revista, que ya fue atacada, ha vuelto a lanzar un número especial sobre Mahoma y el integrismo.
Algunas caricaturas son muy duras. Se pinta a Mahoma con el cuerpo desnudo, especialmente el culo de Brigitte Bardot, mientras le observa el director Jean Luc Godard, o con una estrella en su culo en posición sexual. También se insinúa que tuvo relaciones con una prostituta de nueve años... Otras son oportunistas, como la que saca un top less de Mahoma como portada de la revista francesa que ha sacado el top less de la princesa Kate de Inglaterra, y las hay más ingeniosas, como aquella en que una madre dice aterrorizada ante la imagen de un chaval con aire bastante lerdo: "no fuma, no bebe, no toma drogas, no practica sexo: mi hijo es salafista".
Ninguna justifica nada de lo que está pasando, pero queremos plantear qué hubiera ocurrido en España si se hace una película sobre Jesucristo o sobre Escrivá de Balaguer, por ejemplo, travestidos o practicando un cunnilingus a una. Sea como fuere, Charlie Hebdo agotó su edición la pasada semana. Fue todo un éxito en un país donde tres millones y medio de sus ciudadanos son musulmanes, no lo olvidemos. Y no fue la primera vez que después de la sátira corrió la sangre.
Las caricaturas sobre Mahoma aparecidas en el diario danés Jyllands Posten, en 2005, estuvieron a punto de costar la vida a uno de sus autores, Kurt Westergaard, que se libró de un ataque en su casa y de un plan para acabar con su vida. Peor suerte corrió Theo Van Gogh, el autor de un cortometraje llamado Sumisión, con guión de Ayaan Hirsi Alí, una mujer sobre la que también pesa una condena de muerte de los islamistas radicales por sus continuas denuncias sobre el trato que la religión musulmana da a la mujer.
Sumisiónse emitió en la televisión holandesa en 2004. La película muestra a cuatro mujeres maltratadas y semidesnudas, con sus cuerpos tatuados con pasajes del Corán denigrantes para las mujeres. La emisión provocó la ira de los integristas musulmanes, que amenazaron a Hirsi Alí y a Van Gogh. Cuatro meses después de la emisión del cortometraje, el director murió asesinado por un marroquí, Mohamed Bouyeri, que le disparó, le degolló y le dejó clavada en el pecho con un cuchillo una nota en la que amenazaba a Ayaan y a todos los infieles…
Bouyeri fue juzgado en solitario en Holanda y condenado a cadena perpetua, pero los servicios de información occidentales creen que pertenece a la secta Takfir Wal Hijra (anatema y exilio), la rama más radical del yihadismo, con cierta implantación en España, donde, por cierto, fueron detenidos islamistas relacionados con Bouyeri.
Había una conexión española en el crimen de Van Gogh. El juzgado central 5 investigó estas conexiones. Miembros de una célula que fue desarticulada cuando planeaba volar la Audiencia Nacional había mantenido contactos con Bouyeri; y la policía registró dos domicilios en Paterna y Fuengirola donde habían residido dos chechenos relacionados con el asesino del cineasta.
Y todos ellos pertenecen a esa misma secta, Anatema y Exilio. Es la rama más radical de Islam y la que permite el engaño, la simulación… Los autores de los atentados del 11-S y algunos de los del 11-M seguían esta doctrina que permite a sus acólitos beber alcohol, ir con mujeres, delinquir, traficar con drogas, vestir a la manera occidental… Siempre y cuando sea con el fin de pasar inadvertidos para después golpear a los infieles, que para ellos son todos los que no comulguen con su credo.
Y esos takfires o takfiríes pueden también usar las últimas tecnologías, claro. Los integristas islámicos tienen hoy internet como su vehículo principal de adoctrinamiento y si queremos, educación o mala educación. Los asesinos del 11M tenían imágenes de atentados y textos de discursos de imanes radicales de todo el mundo, desde Ibn Taymiyah, del siglo XIII, hasta Abdullah Azzam, mentor de Bin Laden. También tenían una serie de documentos llamada Cadena de Preparativos para la lucha, donde se les enseñaba a hacer explosivos en casa. Todo corre como la pólvora por internet. Por ejemplo, una cita del Corán que utilizaba el Tunecino, uno de los asesinos de Atocha: "Matadlos donde quiera que los encontréis y expulsadlos de donde os hayan expulsado".
Ahora, hay una revista digital –Inspire– con edición en árabe y en inglés, muy cuidada, bien maquetada y perfectamente editada, que es la Biblia del salafismo. En ella hay doctrina, manuales para manejar armas, venenos y explosivos y consejos sobre la mejor manera de hacer daño a eso que ellos llaman los infieles. En el último número, por ejemplo, se animaba a quemar bosques y se enseñaba a fabricar infalibles bombas incendiarias.
Esta secta takfir, es una de las grandes amenazas, uno de los grandes peligros que se ciernen sobre España… Los takfires no llevan chilabas ni largas barbas… Ni siquiera van a las mezquitas. Están aparentemente integrados –recordemos el aspecto occidental de Mohamed Atta y de muchos de los suicidas del 11-S– y solo dejan ver sus intenciones criminales cuando están a punto de pasar a la acción…
Esto es un enorme problema, que poco a poco se está intentando resolver. El terrorismo yihadista es muy distinto al terrorismo etarra. Un oficial de la Guardia Civil que ha peleado contra los dos terrorismos nos lo explicaba así: "pensad en un estanque donde esas ideas asesinas pueden fermentar. Los etarras lanzan la caña en su entorno radical, limitado a algunos puntos de Euskadi, y algún pez joven muerde el anzuelo y les sigue. Basta con vigilar al de la caña. En el caso de los integristas no es así. Hay un estanque gigantesco, no solo el de Euskadi, es internet. Y allí no hace falta caña. De pronto un pez sale a la superficie y quiere matar".
El juez Bermúdez fue uno de los que más impulsó la reforma del Código Penal de 2010 gracias a la cual ya no hacía falta que los yihadistas “pasasen a la acción” para poder ser detenidos, procesados y condenados en España.
A ver, explicamos qué es eso de “pasar a la acción” y en qué consistió esa reforma legal. En el año 2010 se intentó facilitar la labor de la policía y la Guardia Civil incluyendo en el Código Penal como acto de colaboración terrorista –y leemos textualmente– “la captación, el adoctrinamiento, el adiestramiento o la formación de terroristas”. Además, se tipificó como delito la distribución de mensajes y consignas por Internet que hagan propaganda de ideas yihadistas. Y, por último, se precisó qué es el delito de financiación terrorista para adaptarlo a unas de las principales actividades detectadas en España por los grupos radicales: la recaudación de dinero y el proselitismo en apoyo de redes instaladas en otros países.
Es decir, que hasta esa reforma, todo eso no era delito. Había, poco más o menos, que esperar a que tuviesen las bombas en las manos para poder condenarles…
Incluso con explosivos en las manos no era fácil condenar a un integrista en España, y eso explica muchas resoluciones judiciales que algunos han empleado a mayor gloria de teorías conspiranoicas. Tras los atentados del 11 de marzo de 2004 fueron detenidas 120 personas; solo 29 se sentaron en el banquillo y tan solo 21 fueron condenadas. Muchos de esos absueltos –como Mohamed Almallah Dabas o Rabei Osman– habrían sido condenados con el nuevo Código Penal.
Es cierto que muchas operaciones policiales que fueron presentadas como grandes golpes contra las redes yihadistas se fueron diluyendo cuando llegaron a los tribunales… Quizás el caso más conocido es el llamado con mucha mala leche comando Dixan. La operación empezó con 23 detenidos, pasó a 18 imputados y acabó con cinco condenas de, como mucho siete años, y ninguna de ellas por actividades terroristas, sino por delitos comunes como falsificación de documentos. Otro ejemplo de esto fue la operación Nova, en la que se detuvo a 32 personas integrantes de una célula que tenía intenciones de volar por los aires la Audiencia Nacional.
De los 32 detenidos 30 llegaron al banquillo de la Audiencia Nacional, que condenó a 20. Pero posteriormente, el Tribunal Supremo solo condenó a cinco de ellos y empleó un argumento que es el que demolió la reforma del Código Penal del año 2010. Leemos textualmente la sentencia del Tribunal Supremo: “ello no permite en un estado democrático que garantiza los derechos de todos los ciudadanos que se pueda tipificar como actividad delictiva los desvaríos de cualquier índole que prediquen el odio al diferente. La ideas pueden ser contagiosas, pero no por ello necesariamente delictivas y la manifestación de la voluntad delictiva exige que el individuo haya traspasado la línea de la exaltación y la haya concretado en un acto de voluntad medible y constatable”…
Afortunadamente, parece que con la reforma del Código Penal se ha arreglado. ¿Esa reforma está dando ya frutos?
Aún no ha pasado el tiempo suficiente. Tengamos en cuenta que una investigación sobre terrorismo yihadista tarda una media de entre 18 y 24 meses en cristalizar en detenciones. Pero lo que sí ha habido ya ha sido autos de prisión que tienen en cuenta esta reforma para encarcelar a terroristas.
Por ejemplo el caso de Abdelatif Aoulad Chiba, un marroquí residente en Cádiz, que fue detenido por la Guardia Civil en verano de 2011. Toda su actividad terrorista se desarrollaba en la red: era usuario de varios foros yihadistas en los que se difunden vídeos, comunicados e incluso manuales para la actividad criminal. Además, Aoulad tenía su propia página, donde incluso había colgado su juramento de lealtad a Abu Hudaifa Al Musuli, el líder de Al Qaeda en el Magreb y sus deseos de vengar la muerte de Bin Laden. En esa páginas administrada por él mismo incluso de postulaba como terrorista suicida.
Pues Aoulad colgaba mensajes como éste: “Dios mío, concédeme el martirio por tu causa. Que tenga la valentía y la suficiencia. Que mi cuerpo vuele en pedazos por amor a ti, hasta el punto de no poder reunirlos y enterrarlos en la tumba”. Y estos desvaríos son contestados por la cla yihadista en las mismas páginas: “aterrorízales, héroe, que dios de te dé suerte, terrorista”.
Por esos desvaríos, que sí pueden ser tipificados ya como propaganda yihadista, y porque Aoulad había expresado en sus páginas el deseo de envenenar las reservas de agua de algún camping o complejo turístico. Había pedido ayuda en los foros yihadistas y otros usuarios habían puesto a su disposición manuales como La enciclopedia de los venenos o la receta para elaborar la toxina de la botulina. Así que el juez mandó a prisión a Aoulad y le acusó de integración en organización terrorista y conspiración para el asesinato terrorista. El juez considera que esos foros son en sí mismos una organización terrorista y, nuevamente leemos textualmente, “que coopera e interactúa para conseguir alcanzar los objetivos generales de la yihad a través de actos de propaganda, financiación, apoyo, formación y enseñanza de técnicas y tácticas terroristas hasta llegar a la ejecución efectiva de los atentados”.
Nos lo preguntamos muchas veces, sobre todo desde 2004, y parece que lo que contamos dan la razón a quienes afirman que España sigue siendo un objetivo del yihadismo…
Por supuesto que lo sigue siendo. En esas páginas yihadistas y en los discursos de los responsables de Al Qaeda, como el doctor Al Zawahiri, se sigue hablando de la ‘ocupación de Ceuta y Melilla’ y como Al Andalus como territorio musulmán a recuperar. La Fiscalía General del Estado calificaba la amenaza en su última memoria, publicada la semana pasada, de riesgo elevado.
Curiosas y aparentemente desalentadoras: de los 152 yihadistas juzgados en los últimos cinco años, el 43 por ciento de ellos, es decir, 65, fueron absueltos. Y muchos de los 87 condenados lo fueron por otros delitos que nada tienen que ver con el terrorismo.
Esto se debe a que todos, desde policías a jueces, y también medios de comunicación y la propia sociedad, estamos aprendiendo lo que tenemos encima. Desde 2004, año de los atentados del 11-M, el número de detenidos por yihadismo ha descendido: entre 2004 y 2005 fueron detenidos 269 presuntos terroristas, mientras que entre 2010 y 2011 solo fueron arrestados 31 yihadistas. Y antes te hablábamos de esa reforma del Código Penal, que seguramente servirá para evitar estadísticas que sí son preocupantes, como esta: de los 495 yihadistas detenidos en los últimos siete años, solo el 25 por ciento, es decir, 152, llegaron a sentarse en el banquillo.