Hace no tanto tiempo, nuestros tatarabuelos lejanos estaban colgando de las lianas y pintando en las cuevas de un planeta Tierra más joven. Desde entonces, ¿qué ha cambiado? ¿Cómo hemos pasado de encender fuego con dos piedras a lanzar satélites hasta los confines del espacio?
En su última obra "¿De qué nos sirve ser tan listos?", el psicobiólogo Manuel Martín-Loeches realiza un recorrido desde los orígenes intelectuales de la humanidad, para explicarnos como funciona nuestro cerebro de simios hiperdesarrollados, que
no solo nos permite razonar, sino también sentir.
La inteligencia: el atributo más humano
Manuel Martínez Loeches es catedrático de Psicobiología en la Universidad Complutense de Madrid, y ha publicado más de cien artículos científicos relacionados con la cognición humana. Hoy, en Julia en la Onda, Martínez nos ha dado algunas píldoras de su libro para entender qué nos diferencia de otros seres inteligentes que nos rodean.
Según ha explicado Martínez, el desarrollo de nuestra inteligencia ha sido definitorio en el desarrollo de la especie humana. Sin embargo, el experto afirma que todavía podríamos desarrollar aún más nuestro intelecto. Nuestra inteligencia, explica Martín, se lleva desarrollando desde hace aproximadamente 50.000 años, y aunque "hemos ganado muchísimo" - explica Martín-, el experto cree que la inteligencia "nos podría servir de mucho más de lo que nos está sirviendo".
Pero, si el ser humano es un ser racional, también es intensamente emocional: "No hay pensamientos sin emociones", ha explicado Martín que ha afirmado que, en definitiva, el comportamiento de todos los animales se basa en la búsqueda de emociones positivas y en la reducción de emociones negativas. En el caso de las sociedades humanas, la obtención de esta satisfacción es mucho más compleja, puesto que aparte de comida y refugio se tienen otros incentivos como el reconocimiento o el prestigio social.
La importancia de las emociones
Julia Otero ha preguntado a Martín si es verdad que existen humanos más racionales y otros más emocionales, y el catedrático ha respondido que "somos las dos cosas a la par", y que no se pueden separar las emociones de las operaciones más intelectuales de nuestra mente. Martín ha destacado que los humanos tenemos emociones prácticamente únicas, como el orgullo, la culpa o la ambición.
¿Pero, es el ser humano el único ser inteligente? Martín ha empleado varios ejemplos para mostrar que no estamos solo en esto de la inteligencia: los cuervos pueden emplear herramientas para conseguir comida, y últimamente se están realizando estudios que avalan la elevada inteligencia de los pulpos.
Lo que diferencia nuestra inteligencia de la inteligencia de estos animales es la capacidad simbólica que poseemos los humanos: esto es, nuestra capacidad para asociar signos o sonidos a significados concretos. Aunque no está muy claro en qué momento obtuvimos esta capacidad, hay dos corrientes: las que piensan que, simplemente, adquirimos esa habilidad de manera espontánea, y las que apoyan que hemos ido evolucionando para entender mejor los símbolos.
Los neandertales: nuestros primos lejanos
Al hablar de la evolución de los seres humanos, es imposible no mencionar a los neandertales: una especie de seres humanos que llegó a convivir con los homo sapiens, pero que terminó por extinguirse. Tal y como ha señalado Martín estos seres tenían una inteligencia nada desdeñable y pudieron llegar a entremezclarse con los homo sapiens. No están muy claro los motivos de la desaparición de esta especie.
Julia Otero ha preguntado al experto acerca de la noción de las múltiples inteligencias: todos hemos oído hablar de la inteligencia musical, la inteligencia emocional, la inteligencia lógica... Martín ha matizado esta teoría, y ha explicado que solo tenemos una inteligencia - la que sirve para resolver problemas- que se manifiesta a través de diversas aptitudes.
En su libro, Martínez menciona que la crueldad es una de las aptitudes menos útiles del ser humano, pues puede provocar que unos individuos se perjudiquen a otros sin ningún beneficio. "Somos seres empáticos, sufrimos con los demás, y hay ocasiones en las que disfrutamos haciendo sufrir a los demás", ha aseverado el psicobiólogo en su intervención en Julia en la Onda.
Según ha explicado, la crueldad siempre va dirigida hacia aquellos que consideramos "los otros". Para Martín la división mental entre el "nosotros" y "ellos" es el origen de la mayoría de males de la humanidad, pues provoca continuos enfrentamientos y tragedias.