Ciudad eterna

Un viaje a la Roma clásica

Roma es una de las ciudades más visitadas del mundo y no podemos negar que posee un magnetismo especial y que sigue siendo el destino preferido de muchos viajeros.

Ramón Villeró

Roma | 19.11.2023 01:49

Dicen que si tiras una moneda a la Fontana de Trevi, vas a volver a Roma. Es la "Ciudad Eterna", por la fuerza de sus atractivos, por la Ciudad del Vaticano, por todo lo referente a la Roma antigua, por el inmenso patrimonio que se extiende a lo largo de siglos y por la ciudad moderna que es hoy en día con sus barrios emblemáticos, donde es una delicia pasear y perderse entre tiendas, museos y galerías de arte.

Es evidente que si viajamos a Roma, vamos a dedicar uno o dos días a recorrer la ciudad antigua. Es una delicia pasear por esos escenarios que te permiten soñar e imaginar cómo era esa Roma que llegó a dominar y a civilizar Europa. Podríamos decir que al menos hay cinco lugares que hay que ver sí o sí: el Coliseo, la colina del Palatino, el Foro Romano, el monte Capitolino y sus museos y obviamente el Panteón en el centro de Roma.

Coliseo de Roma
Coliseo de Roma | Pexels - Khalid Ait Sayh

El anfiteatro Flavio es conocido como el Coliseo

El Coliseo es con toda probabilidad el edificio más representativo de Roma. Muchísima gente conoce este lugar por ser, en reconstrucción cinematográfica, el escenario principal de la película Gladiator que más allá de la ficción y excelente música, no enseña un poco como debía ser Roma. Su construcción se inició por el emperador Vespasiano hacia el año 72 d. de C. y las obras finalizaron en el año 80 por su hijo Tito. Para conmemorar se organizaron 100 días de espectáculos. La capacidad del Coliseo rondaba los 55.000 espectadores. El Coliseo era sobre todo un lugar de entretenimiento en el que tenían lugar todo tipo de batallas entre gladiadores y animales. Y la arquitectura e ingeniería del edificio eran tan avanzadas que incluso se podía inundar el escenario central para simular batallas navales.

Los juegos se ilegalizaron en el siglo V d. de C. y el Coliseo fue víctima de todo tipo de expoliaciones. Aun así, sigue siendo uno de los edificios de la antigüedad mejor conservados.

Fontana de Trevi
Fontana de Trevi | Pexels - Mark Neal

Justo al lado del Coliseo, podemos ver el arco de Constantino

Construido para conmemorar la victoria del emperador Constantino sobre Majencio, en la batalla del puente Milvio. Y ya que hablo de batallas y legiones déjame explicar por qué las legiones romanas llevaban el estandarte con las siglas S.P.Q.R que hoy todavía son visibles en los anagramas del Ayuntamiento de Roma. La inscripción significa Senatvs Popvlvs Que Romanvs cuya traducción textual es: el Senado y el Pueblo Romano. Fue acuñada en la época de la República que como sabes se remonta al siglo V antes de Cristo.

Foro Imperial
Foro Imperial | Pexels - Mark Neal

Deberíamos dirigirnos al monte Palatino y al Foro Romano

Una vez visitado el Coliseo y el Arco y sí ese es el orden normal, aunque podrías hacerlo al revés. De hecho las tres entradas se venden conjuntamente. Y un dato, es mejor comprarlas por internet para evitar las colas. El monte Palatino, una de las siete colinas de Roma alberga ruinas de algunos edificios construidos alrededor del siglo I a de C. Era la zona más elegante de la Roma antigua. Se puede ver el Stadio, los restos de algunos palacios, la casa de Livia, la casa de Augusto y la casa de Rómulo.

La leyenda dice que en este lugar Rómulo mató a Remo y fundó Roma en el año 753 a. De C.

En cualquier caso, pasear por el Palatino y los jardines que descienden hacia el Foro Romano es una delicia, un placer para los sentidos. Además alberga el museo Palatino, un lugar no demasiado concurrido donde se pueden admirar esculturas de los siglos del periodo de la República Romana. Algunas de ellas son muy hermosas.

El Foro, justo al pie de la colina, es la más extensa zona arqueológica

En el Foro se respira la esencia de lo que debía ser Roma en la antigüedad, una sucesión de ruinas y piedras que permite imaginar cómo era el lugar por donde pasearon Augusto Cesar, Nerón, Claudio o el emperador Adriano. El Foro era el centro de la vida política, comercial y religiosa. De entre las ruinas cabe destacar el templo de Antonio y Faustina, cerca de la entrada por la Via dei Fori Imperiali. A partir de aquí el paseo sigue por la Vía Sacra, que era la avenida principal del Foro.

El arco de Septimio Severo, el templo de Saturno, con sus ocho columnas todavía en pie, el templo y atrio de Vesta, la basílica de Majencio y el arco de Tito, son los monumentos más significativos del lugar.

Este recorrido imprescindible por la Roma Clásica nos conduce también al Capitolino y a la Plaza del Campidoglio.

Durante la época romana el Capitolino era el centro religioso de la ciudad y aquí se levantaba el templo dedicado a Júpiter. La plaza del Campidoglio es obra de Miguel Ángel y una de las más hermosas y representativas del Renacimiento. Está flanqueada por tres palacios, el Palazzo Nuovo y el Palazzo dei Conservavatori (ambos sede de los Museos Capitolinos) y el Palazzo Senatorio. La plaza está presidida por una réplica de la estatua ecuestre de Marco Aurelio; cuyo original podemos ver en el museo capitolino.

El Panteón de Agripa, es un edificio único en el mundo

Uno de los templos mejor conservados del Imperio Romano. Acabado de construir por el emperador Adriano en el siglo II. Nadie sabe con exactitud cuál era su función primigenia. Algunas teorías apuntan que el templo estaba dedicado a las deidades de la antigua Grecia, aunque también podía tratarse de un lugar donde los emperadores alcanzaban la categoría de dioses. En el centro de su inmensa cúpula se encuentra un orificio de nueve metros de diámetro que permite la entrada de la luz solar. El perfecto estado de conservación se debe a que hacia el año 608 fue transformado en iglesia cristiana. En el interior del Panteón se encuentra la tumba del pintor Rafael.

La "Ciudad Eterna"
La "Ciudad Eterna" | Pexels - Simon Rizzi

La muralla aureliana, las catacumbas y las termas de Caracalla.

La muralla, que se conserva en buen estado, la encontramos al sur de la ciudad. Desde aquí podemos dirigirnos a las catacumbas de San Callisto y de San Sebastián. En cuanto a las termas de Caracalla datan del siglo III y permanecieron abiertas hasta el final del Imperio Romano con el asedio a la ciudad Fueron redescubiertas en excavaciones realizadas en el siglo XVI lo que permitió conservar numerosas obras de arte, y no fue hasta finales del siglo XIX cuando se encontraron los mosaicos que se exponen en los Museos Vaticanos. En este espacio acostumbran a organizarse en la actualidad conciertos y representaciones de ópera durante los meses de verano. Y aún nos quedaría por ver por los foros imperiales o la boca della verita.

Navidad en el Vaticano
Navidad en el Vaticano | Pexels - Javon Swaby

Roma es una ciudad para disfrutar en Navidad

La verdad es que sus costumbres son muy parecidas a las nuestras. Calles iluminadas y una especial inclinación por los pesebres una costumbre muy afianzada en Roma que tiene sus orígenes en San Francisco de Asís. Acudir a la misa del gallo en la basílica de San Pedro es posible pero solo consiguiendo entrada, eso sí (gratuita) con antelación. El día 25 Bendición Urbi et Orbiy el día 1 misa de Año Nuevo. En Roma no celebran los Reyes Magos, celebran la Befana, una bruja mala ni buena ni mala y también hay muchísimos conciertos.