La sanidad privada está remando en el actual tsunami sanitario como le concierne a un sector entregado con la salud. Cumpliendo un papel clave como lo es el del sector público. Tiene su reflejo en la habilitación de nuevas unidades, la ampliación de áreas, la inversión en tecnología, diagnóstico y en la contratación de sanitarios.
“Es impactante el esfuerzo para controlar la pandemia de empresas farmacéuticas, compañías tecnológicas, grupos hospitalarios y otras entidades sanitarias que trabajan para frenar la enfermedad desde el inicio de la crisis, con total compromiso y dedicación”, asegura Marta Villanueva de IDIS.
Desde el comienzo de la crisis, quedó clara la necesidad de recursos para vencerla, sin poner el foco en si eran de titularidad pública o privada. “La falsa dialéctica de enfrentar a la sanidad pública con la privada, no resultaba de utilidad. Era preciso superar esa trampa ideológica para poner el potencial al servicio de un único objetivo: atajar la expansión del virus y ofrecer la mejor atención a quienes enfermaran”, declara la presidenta Díaz Ayuso.
La suma de los hospitales privados españoles está contribuyendo a la mejora de la atención sanitaria. “En España el 30 por ciento de las urgencias que se hacen en el sector privado son susceptibles de poder estar contagiados de la enfermedad”, añade el doctor Juan Abarca de IDIS.
Las acciones hablan por si solas, y han demostrado que la sanidad privada tiene un papel imprescindible para la sostenibilidad del sistema global. Es lo que hay. Seguro.