Se puede hacer frente a esta patología siguiendo una serie de consejos, como acaba de entregar laboratorios Cinfa. Para entendernos, yo los agruparía en los que están en el ámbito de la nutrición y la pérdida de peso, los que se deben a los hábitos saludables y finalmente los que vienen dados por la asistencia sanitaria y sus profesionales.
El primer consejo en el ámbito de la nutrición es controlar nuestro peso; ya que en algunos casos, una reducción de peso controlada es beneficiosa para equilibrar los niveles de tensión.
Se debe reducir la sal en las comidas. La sal incrementa la tensión, por lo que no hay que abusar de ella. Puedes sustituirla por apio o hierbas aromáticas para no restar sabor a tus comidas. Además debemos evitar las grasas de origen animal e incorporar alimentos de origen vegetal.
Es importante cocinar más sano. Debemos prestar especial atención al modo de preparar la comida, ya que es preferible cocinar los alimentos al
vapor, al horno o a la plancha, y evitar las frituras y las salsas.
Sigue una dieta rica en potasio, magnesio y calcio. Si consumimos alimentos ricos en potasio, magnesio y calcio regularemos los niveles de tensión
Por otra parte están los consejos que se deben a los hábitos de vida saludable. Hacer ejercicio físico moderado y regular es fundamental para hacer frente a la hipertensión. Hay que evitar el sedentarismo, caminando, por ejemplo, entre media hora y una hora diaria o con otro tipo de actividades aeróbicas como el baile o el ciclismo en días alternos.
También hay que tener cuidado con el estrés. El aumento de la ansiedad y la tensión emocional resultan peligrosos para el corazón, ya que incrementan los niveles de tensión. Intenta relajarte y evitar el estrés tanto en casa como en el trabajo.
Además debemos huir del tabaco y consumir moderadamente alcohol y café. Hay que evitar fumar, o ser fumador pasivo. No olvidemos que, más de dos o tres tazas de café diarias o más de dos vasos de vino al día no son recomendables.
Y finalmente están los consejos que vienen dados por la asistencia sanitaria y sus profesionales. Debemos consultar con el farmacéutico acerca de soluciones nutricionales. Cuando la dieta no garantice el aporte necesario de los anteriores nutrientes, puede ser necesario reforzarla
mediante complementos alimenticios que contengan potasio y péptidos lácteos.
Además Hay que vigilar nuestros niveles de tensión y seguir las recomendaciones médicas. Los controles periódicos de tensión son fundamentales en adultos mayores de 40 años, sobre todo si tenemos
antecedentes familiares de hipertensión.
Estos chequeos pueden realizarse tanto en el médico de cabecera como en la farmacia. Y en aquellos casos en los que se diagnostique hipertensión, el médico establecerá el tratamiento a seguir.