Comienza la cuenta atrás para encontrar los cuerpos de Anna y su padre Tomás Gimeno. El buque Ángeles Alvariño continuará las labores de búsqueda hasta el próximo jueves 17 en la zona en la que apareció hace pocos días el cadáver de Olivia, la hermana mayor, sin embargo, las previsiones de éxito son bastante reducidas.
En el caso de que no se encontraran, especialmente el de Gimeno, esta investigación podría seguir abierta incluso 20 años más, ya que es el tiempo que tarda en prescribir un delito de asesinato en el caso que el acusado se enfrente a una pena inferior a 15 años. Sin embargo, el juez tiene la posibilidad de archivarlo provisionalmente y abrirlo cuando haya avances.
Además, encontrar al padre de las niñas es fundamental, teniendo en cuenta que en el caso contrario, seguiría constando como vivo y deberían pasar 10 años hasta que su situación cambiará de 'desaparecido' a 'fallecido'. Por ello, la fecha relevante es el 27 de abril de dentro de una década, que fue el día en el que se perdió su rastro de forma definitiva.
El delito prescribiría en 20 años
Por ahora, pesa sobre Gimeno una orden de captura internacional por asesinato tras el hallazgo del cadáver de la niña de 6 años.
Desde el entorno de la madre de las pequeñas, Beatriz Zimmermann, relatan que para ella es necesario encontrar los cuerpos para poder descansar. Si no fuera así, siempre le quedaría la duda sobre si murió ahogado o pudo escapar del mar, por lo que estas cuestiones no le dejarían pasar página. No obstante, da las gracias a los cuerpos de seguridad por sus labores de búsqueda e investigación.
Las hipótesis de la Guardia Civil
Tomás Gimeno acabó con la vida de las pequeñas Olivia y Anna con el objetivo de "provocar a su expareja el mayor dolor que pudo imaginar, a la que de forma deliberada quiso colocar en la incertidumbre acerca de la suerte o destino que habían sufrido en sus manos". Así lo recoge la magistrada titular del Juzgado de 1a Instancia e Instrucción número 3 de Güimar, en un auto dictado este sábado.
La jueza también señala que desde el divorcio de Beatriz Zimmermann y Tomás Gimeno, él mantuvo hacia ella un trato vejatorio y denigrante, dirigiéndole a diario comentarios descalificativos, en particular enfocados a menospreciarla por haber rehecho su vida con una nueva pareja y manifestando reiteradamente que no estaba de acuerdo con que compartiera momentos con sus hijas.
¿Cómo se produjo el asesinato?
El auto recoge que a las 19:47h Gimeno llegó a su finca de Candelaria y "presuntamente en dicha finca Tomás dio muerte a sus hijas, envolviéndolas en toallas e introduciéndolas en bolsas de basura y estas en bolsas de deporte, que colocó en el Audi A3".
Alrededor de las 21:05h, se desplazó con su coche desde Candelaria hasta Santa Cruz de Tenerife, llegando allí a las 21:13h, y ya portaba, presuntamente, los cuerpos de sus hijas sin vida. Se detuvo con sigilo en la casa de sus padres dejando allí dos tarjetas de crédito con sus claves y dos juegos de llaves de otro vehículo.
Llegó al puerto deportivo sobre las 21:27h y realizó 3 viajes hasta su barca llevando varias bolsas de deporte donde, posiblemente, se encontrarían Anna y Olivia.
Las últimas conversaciones entre Gimeno y Zimmermann
Tras zarpar de la isla, Beatriz Zimmermann se puso en contacto con él alrededor de las 21:51h y él le comunicó que ya estaban fuera de casa. 10 minutos después ella volvió a telefonearle y él le dijo que se iban y que nunca más iba a saber de ellos.
Sobre las 22:30h, Gimeno se encontraba en una zona profunda que conocía perfectamente y arrojó las bolsas con los cuerpos al mar atadas a unas anclas para que se mantuviera en el fondo. En este momento, llamó a su exmujer y le recordó que no podía permitir que sus hijas crecieran sin él.
A la 1:28h de la madrugada, ella le telefoneó y le indicó que las pequeñas necesitaban a su madre, pero Gimeno le respondió que se acostumbrarían a no verla. Finalmente, se despidieron completamente a las 2:11h.