El cambio climático es una realidad y prueba de ello son las últimas declaraciones del secretario general de la ONU, António Guterres, que este jueves comentó la que sin duda era una de las noticias del día: que julio de 2023 era el mes más cálido desde que había registros: "Las consecuencias son claras y trágicas. Es un verano cruel para todo el planeta y para los científicos, inequívoco. Los humanos tienen la culpa".
La actuación del ser humano tiene consecuencias y estas no implican únicamente el cambio climático tal y como lo conocemos, sino a otro fenómeno mucho menos conocido, pero del que los expertos han alertado: el cambio climático subterráneo.
¿Qué es el cambio climático subterráneo?
Según publica BBC Mundo, en conversaciones con el profesor de ingeniería civil y medioambiental, Alessandro Rotta Loria, "es un término que se usa para describir el aumento de temperatura por debajo de la superficie y que implica cambios en las condiciones climáticas subterráneas. No tiene que ver con el cambio climático de la superficie aunque sea otra muestra del impacto humano en la Tierra".
El experto asegura que en muchas zonas urbanas del mundo, el calor se concentra y difunde constantemente en sótanos, sistemas de transporte subterráneo, parkings, redes de calefacción y materiales de construcción que absorben y retienen el calor durante el día y lo liberan durante la noche.
"No existen estructuras civiles diseñadas para soportar estas variaciones"
Esta variación de la temperatura puede afectar al crecimiento de las plantas, la manera en la que fluye el agua por la vía subterránea, y puede provocar disrupciones o deformaciones graves en el subsuelo, que derivarían en potenciales problemas en los edificios construidos, necesitando para ello reparaciones muy costosas.
"El suelo se deforma como resultado de las variaciones de temperatura y no existen estructuras civiles diseñadas para soportar estas variaciones", asegura Rotta Loria, que también es autor de un estudio publicado por la Universidad Northwestern en Estados Unidos, que relaciona por primera vez este fenómeno del cambio climático subterráneo con la transformación del suelo bajo las zonas urbanas.
¿Hay peligro para las personas?
Según los estudios del profesor Rotta Loria, de momento, la seguridad de las personas parece "no estar comprometida" porque "no es que un edificio vaya a colapsar de repente, sino que las estructuras se están hundiendo lentamente. Las consecuencias podrían ser muy malas, pero será necesario mucho tiempo para verlas", asegura.
"Es muy probable que el cambio climático subterráneo ya haya causado grietas que no asociamos a este fenómeno porque no éramos conscientes de ello", añade. De hecho, el centro de sus preocupaciones son los edificios más antiguos, por ejemplo, los situados en los cascos históricos de Europa, donde todavía persisten muchos cimientos de origen medieval.