SALUD

Los expertos alertan de los riesgos de la alergia al sol: qué es y cuáles son sus síntomas

El sol puede producir alergia, pero ¿A qué se debe esta afección? ¿Cómo debes actuar si la sufres?

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Miriam Méndez

Madrid | 18.04.2023 09:47

Expertos alertan sobre los riesgos de la alergia al sol, “Cefalea, hipotensión, broncoespasmo y síntomas más graves"
Expertos alertan sobre los riesgos de la alergia al sol, “Cefalea, hipotensión, broncoespasmo y síntomas más graves" | Atresmedia

Hay alergias en todas las épocas del año, que se dan en cualquier lugar y afectan a todas las edades. De hecho, el número de posibles desencadenantes de una reacción alérgica es enorme, al igual que la cantidad de población que sufre estas enfermedades.

De acuerdo con los datos publicados en 2022 por la Organización Mundial de la Alergia (WAO), entre un 30% y un 40% de la población mundial padece algún tipo de alergia, y muchas de ellas empeoran en la temporada estival. Junto con las alergias más características del verano, como aquellas relacionadas con los insectos, el pescado y el marisco, se encuentra una de las más atípicas: la alergia al sol.

Mercedes Escarrer, coordinadora del Grupo de Trabajo de Dermatitis Atópica y Alergia Cutánea de la SEICAP (Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica), sostiene que la alergia al sol es el término popular que describe aquellas alteraciones en la piel en relación con la exposición a la luz solar. Además, en ocasiones, se produce una respuesta exagerada tras la exposición solar, sin otros factores desencadenantes, dando lugar a la denominada erupción polimorfa solar, conocida como alergia al sol, y también la urticaria solar.

Principales tipos de reacción alérgica a la exposición solar

Alicia Armentia, catedrática de Inmunopatología y Alergia en la Universidad de Valladolid (Uva), describe la urticaria solar como un eritema que enrojece la piel, produciendo mucho picor, pápulas o habones "que, afortunadamente, son evanescentes", es decir, se resuelven. No obstante, la característica principal de esta reacción es que aparece tanto en zonas expuestas al sol como en aquellas ya cubiertas por la ropa, y desaparece sin dejar lesión cicatricial. Según Armentia, esta reacción puede ser muy intensa y provocar cefalea, hipotensión, broncoespasmo y síntomas más graves.

Por otro lado, la erupción solar polimorfa es una de las fotodermatosis más frecuentes y llega a afectar hasta a un 15%-20% de la población general. Mercedes Escarrer sostiene que esta fotodermatosis afecta, especialmente, a la cara, brazos y escote, ya que son las zonas más expuestas. "Se trata de lesiones eritematosas que pueden asociarse a picor o no, y que suelen aparecer en primavera o inicio de verano, es decir, cuando la piel ha estado poco expuesta al sol", describe.

También existe, aunque se da con menos frecuencia, una urticaria solar fija, que da la cara en forma de urticaria o de lesión por el sol en una zona determinada. De acuerdo con Alicia Armentia, esta se repite siempre que sale el sol. Eso sí, no es una reacción inmediata a la luz solar y, por ello, a veces no se relaciona. Otra de las patologías cutáneas que se repite con frecuencia es la dermatitis atópica, que, debido a la irritación que provoca el cloro usado como desinfectante, se acentúa con los baños en piscinas, muy frecuentes en la época estival.

Medicamentos, perfumes y filtros solares: principales causantes de alergia al sol y factores de riesgo

De acuerdo con la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC), la utilización de artículos como perfumes, bronceadores o medicamentos puede sensibilizar la piel a los efectos del sol.

"Algunos medicamentos, perfumes y cremas solares son los principales responsables de reacciones de fotosensibilidad", cuenta el doctor José Luis García, del Comité de Alergia Cutánea de la SEAIC, incidiendo en que, gracias a la acción de la luz solar, estos productos se pueden convertir en sustancias alérgicas.

Por su parte, Alicia Armentia sostiene que los fotoalérgenos más frecuentes son los fármacos, especialmente el grupo de los propiónicos, que afectan al 81% de los pacientes con urticaria solar. "También los fármacos antiarrítmicos, como la Amiodarona, o los antibióticos, pueden producir este tipo de reacción a la exposición solar".

En cuanto a las cremas, el doctor García destaca los antiinflamatorios no esteroideos tópicos, como cuando se toman por vía oral o pinchada. Estos producen un eccema en la zona de la aplicación en zonas expuestas al sol e, incluso, reacciones más extensas cuando la administración es sistémica. Por su parte, la catedrática de la Universidad de Valladolid señala que la papaína, que es muy frecuente en cosméticos para aclarar manchas de la piel, suele ser otro de los causantes de la urticaria solar.

Otros factores de riesgo que pueden propiciar una reacción alérgica al sol son los siguientes:

  • Tener otra afección de la piel: tener dermatitis aumenta el riesgo de padecer alergia al sol.
  • Pariente sanguíneo con alergia al sol: es más probable que un paciente sufra alergia al sol si su madre, su padre o un hermano también presentan este trastorno.

Factores de riesgo: pacientes más vulnerables y diagnóstico

A pesar de que la alergia al sol se da con frecuencia en mujeres cuya edad oscila entre los 30 y 40 años, los niños y ancianos también pueden sufrir alergia al sol, siendo estos los pacientes más vulnerables.

En este contexto, Alicia Armentia señala cuatro pruebas imprescindibles para identificar una reacción alérgica a la proyección solar.

En primer lugar, la prueba del fotoparche, que muestra si la causa de la alergia al sol es una sustancia sensibilizadora que se aplica en la piel antes de la exposición solar.

Al día siguiente, una de las zonas se expone a una dosis medida de rayos ultravioleta que provienen de una lámpara de luz solar.

En segundo lugar, la prueba del fototest, que permite determinar la dosis de eritema mínimo (MED), es decir, la dosis más pequeña de radiación ultravioleta B (UVB) que produce un eritema visible y bien delimitado.

Finalmente, la doctora destaca la desensibilización alérgica al sol, que consiste en exponer al paciente, progresivamente, cada vez más tiempo de sol. No obstante, la desensibilización al sol dura únicamente unos días.