Varias ONG han alertado de la necesidad de asistencia humanitaria, así como de la infrafinanciación que sufren muchas crisis olvidadas y de los ataques deliberados que padecen los trabajadores de organizaciones que acuden a zonas de conflicto o de catástrofes. Por eso, han puesto el foco en la importancia de la protección en este Día Mundial de la Asistencia Humanitaria.
También la Comisión Europea ha alabado a los trabajadores humanitarios que "arriesgan sus vidas para salvar a otros y paliar el sufrimiento humano" y a quienes "han perecido al servicio de los demás", y ha dejado claro su compromiso para "colmar la brecha creciente entre las necesidades y la financiación disponible". Lo ha hecho a través de una declaración firmada por el Alto Representante en Política Exterior y Seguridad Común, Josep Borrell, y por el comisario de Gestión de Crisis, Janez Lenarčič.
En el texto, el Ejecutivo comunitario atestiguó que "cada vez son más las personas que, en todo el planeta, se ven más gravemente afectadas por crisis humanitarias a causa de conflictos nuevos y ya existentes, y de las consecuencias de la crisis climática y ecológica".
La cifra más alta de desplazados desde la Segunda Guerra Mundial
Esto le sirvió para aseverar que "si las personas necesitadas de ayuda humanitaria formaran un país, éste sería el tercero mayor del mundo". Este colectivo, continuó la Comisión, "está creciendo a un ritmo exponencial, con un aumento del 30% desde principios de 2022", por lo que "ahora más que nunca, las personas afectadas por las crisis necesitan ayuda humanitaria".
Por su parte, Acnur ha explicado en 'Noticias fin de semana' que estamos en el momento con más personas desplazadas desde la Segunda Guerra Mundial. Su portavoz, María Jesús Vega, ha dicho que "es un día especial para rendir homenaje a las causas y a la acción humanitaria, y para recordar a las personas afectadas por las crisis en el mundo".
"En este momento, en el caso de Acnur -que trabajamos con personas refugiadas y desplazadas forzosas-, la cifra ya supera los 110 millones en todo el mundo. Es una cifra que no para de crecer y es la más alta desde la Segunda Guerra Mundial", ha asegurado.
