"Hagamos de cuenta que estamos abajo", dijo Trump al urgir a sus seguidores a votar en Florida, un estado de los más diversos y volátiles del país y que aporta 29 votos o circunscripciones electorales que se presentan vitales en sus aspiraciones de llegar a la Casa Blanca.
Sin un triunfo en el denominado Estado Soleado el empresario inmobiliario tendría prácticamente imposible ganar las elecciones presidenciales del próximo día 8, y las encuestas de intención de voto no terminan de aclarar quién es el favorito.
El canal CNN le dio dos puntos de ventaja en Florida a la candidata demócrata, Hillary Clinton, mientras otros dos recientes sondeos situaban al republicano cuatro puntos por delante.
Con estas cifras, la web Real Clear Politics, que hace una media de las principales encuestas, sitúa a Trump un punto arriba en Florida, después de haberse visto por detrás buena parte de los últimos meses.
El aspirante republicano, que busca afianzar esta mejoría en Florida y en los sondeos a nivel nacional, donde ha recortado distancias y también está en la franja del empate técnico, tiene previsto otros dos eventos de campaña en Orlando, en el centro del estado, y Pensacola, en el noroeste de la región.
Espoleado por las buenas noticias que llegan de los sondeos y pancartas como "Latinos por Trump" y "Cubanos por Trump" que lucían sus seguidores en Miami, el republicano apeló al voto de origen cubano más tradicional y aseguró que echará marcha atrás a los acercamientos entre Washington y La Habana, países que reanudaron sus relaciones diplomáticas en 2015.
El empresario además agradeció el "premio" que recibió hace una semana de la Asociación de Veteranos de Bahía Cochinos (Brigada 2506) de exiliados antiscastristas que participaron en la fallida invasión de Bahía Cochinos (Cuba), en 1961.
"Vamos a tener el acuerdo que la gente de Cuba, aquí y allá, merecen", aseguró Trump sin precisar si rompería relaciones con la isla en caso de llegar a la Presidencia.
El candidato, sin embargo, no ha aclarado si envió en 2012 y 2013 emisarios a Cuba para evaluar negocios en la isla, como lo denunció Newsweek y Bloomberg pese a las prohibiciones comerciales entre ambos países.
El republicano estuvo renuente a contestar sobre el tema en una reciente entrevista en Florida, donde las encuestas apuntan a un empate técnico entre ambos candidatos.
Por otro lado, Trump volvió hoy a insistir en su agresivo mensaje contra la inmigración indocumentada y lo hizo en un estado donde las numerosas comunidades cubana y puertorriqueña no sufren el asedio de las autoridades migratorias como los mexicanos o centroamericanos.
El magnate inmobiliario, que ha prometido deportar a todos los indocumentados del país, que se calcula en once millones, señaló que sacará a todos los "inmigrantes ilegales criminales del país" y que "miles de personas han muerto a manos" de indocumentados.
Trump prometió "el plan más radical de inmigración para salvar vidas" y cuestionó que la candidata demócrata a la Casa Blanca, Hillary Clinton, apoye las "ciudades santuario", aquellas que no se acogen a algunos programas de cooperación con Inmigración que son voluntarios.
Trump se refirió una y otra vez al "sistema torcido y corrupto", a la "prensa deshonesta" y a la "torcida Hillary Clinton".
El candidato además dijo preveía nuevas filtraciones de WikiLeaks sobre la demócrata, como lo ha venido haciendo este portal que ha pirateado y publicado mensajes, algunos de ellos embarazosos, del correo electrónico personal del presidente de la campaña de Clinton, John Podesta.
Ambas campañas han intensificado su presencia en Florida, un estado con un cuarto de su población hispana y un 15 % de votantes registrados de origen latino, según datos oficiales.
Clinton viajó a Arizona desde Florida, donde este martes ofreció tres actos de campaña en los que pidió el voto en un estado con más de dos millones de hispanos registrados para votar de un total de 12,8 millones de votantes inscritos, según datos del estado.