ECONOMÍA

El precio del aceite de oliva, a merced de unas lluvias que no parecen llegar a Andalucía

El aceite de oliva está alcanzado precios récord en los supermercados: la falta de lluvia y las malas cosechas tienen contra las cuerdas al sector olivarero, que depende de una mejor pluviometría para capear esta situación.

Ángel Lobo Calvillo

Madrid |

Un olivar en Jaén
Un olivar en Jaén | Rocío Ruz / Europa Press

El aceite de oliva es, sin duda alguna, uno de los emblemas de la gastronomía en España, donde se produce cerca del 50% de este alimento prácticamente omnipresente en la dieta mediterránea. Sin embargo, en los últimos meses el aceite de oliva se ha convertido también en emblema de la alta subida de los precios alimentarios que tienen que asumir las familias de nuestro país. Sin embargo, en el caso del aceite de oliva, los expertos del sector tienen clara la causa de la desorbitada subida del aceite, que se está vendiendo a más de 9 euros por litro: la crisis climática ha provocado dos muy malas cosechas seguidas, generando una situación sin precedentes que preocupa a los olivareros.

2 malas cosechas sin precedentes

En sus 46 años de vida, y en los 80 años de vida de su padre, Juan Luis Ávila jamás había experimentado una situación similar. Ávila, encargado del sector del aceite de oliva de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG), afirma que la situación de los olivares españoles - que se reparten entre Extremadura, Castilla-La Mancha y, sobre todo, Andalucía- es la "más anormal" de la historia, y que tiene "a todo el mundo contra las cuerdas".

Para Ávila, se trata de "una situación totalmente de mercado", en la que las malas cosechas han supuesto una disminución de la oferta que no se ajusta a la amplia demanda que sigue teniendo el aceite de oliva. Rafael Sánchez de Puerta, representante del sector del aceite de las Cooperativas Agro-alimentarias de España, achaca el alto precio del aceite "sola y únicamente a una bajada de la producción", un problema que el sector lleva arrastrando, según indica Sánchez de Puerta, por los menos cuatro años, en los que se ha pasado de obtener cosechas no muy prolíficas a tener que lidiar con los terribles resultados de las campañas de los dos anteriores años.

Esto ha provocado que ni siquiera los escasos "enlaces" de los que parte la actual campaña - así se llaman a las reservas del producto que se guardan de un año a otro- hayan ayudado a suplir las carencias de la producción. Cristóbal Cano, representante de la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos de Andalucía (UPA), indica que la demanda del aceite de oliva se mantiene, y que desde el mes de octubre hasta el día de hoy se han registrado unos buenos datos de prensa. Sánchez de Puerta afirma que el disparado precio del aceite solo se regulará cuando se adecúe la producción a la oferta: para que esto suceda, los agricultores necesitan, literalmente, una solución caída del cielo.

Todo depende del agua

Andalucía, que concentra el 80% de la producción olivarera, está sufriendo la sequía más larga de entre todas las que ha sufrido desde el año 1961: tal y como informa la AEMET, la Cuenca del Guadalquivir atraviesa una situación de sequía meteorológica desde diciembre de 2021. La pluviometría es solo uno de los factores que ha perjudicado a la producción de aceite de oliva: Cano explica que las altas temperaturas registradas en Jaén los pasados meses de abril y mayo - de en torno a los 30-32º- han quemado las flores de los olivos, ya bastante debilitados por la falta de agua.

Para poder salvar la próxima cosecha, será fundamental la cantidad de agua que bañe los olivares entre el final del próximo invierno y el inicio de la primavera: octubre registró una pluviometría normal, indica Cano, si bien noviembre, diciembre y enero no están registrando unos datos de lluvia muy prometedores.

"Ojalá la situación cambie", manifiesta Cano, que afirma, sin embargo, que "hay que ser realistas" en un contexto complicado. El agricultor que explica que los más perjudicados en esta crisis son los eslabones más débiles de la cadena de producción: los olivareros - que no tienen cosechas significativas que vender- y los consumidores, que tienen que rascarse más el bolsillo para acceder a un producto tan demandado como es el aceite de oliva. "Si no hay una situación normal, el último de los problemas va a ser el aceite", declara el representante de las cooperativas, Rafael Sánchez de Puerta, visiblemente preocupado por la situación de sequía que atraviesa Andalucía.

Las posibles soluciones

Sin embargo, y a pesar de la impotencia que genera la escasez de agua en los olivares, los agricultores han mencionado dos soluciones que pueden ayudar, por lo menos, a mitigar los efectos de la sequía en el campo español. Juan Luis Ávila se ha referido al mecanismo de la autorregulación en el sector del aceite de oliva, que la industria del aceite consiguió extender hasta su sector - solo se aplicaba en el del vino- tras una serie de negociaciones y la aprobación de un Real Decreto en el año 2021.

Este mecanismo permite ajustar la oferta de aceite disponible, introduciendo y sacando del mercado parte del producto en momentos de mayor y menos oferta, con el objetivo de conseguir una estabilidad en la producción. Ávila explica que, en tiempos de bonanza, había tanto producto disponible que este se vendía el litro a 1,80 de origen, mientras que, en la situación actual, la escasez provoca que el producto de origen se esté vendiendo a 9 euros.

Cabe destacar que tanto las almazaras industriales como las cooperativas tratan de repartir la producción a lo largo del año para no generar un exceso de oferta que desplome los precios. Con todo, indica el portal Olimerca, los agricultores habrían estado presionando a las almazaras para liquidar las aceitunas lo antes posible, en un complejo pulso entre el clima, los agricultores, las almazaras y las envasadoras que define el mercado del aceite de oliva.

Rafael Sánchez de Puerta apuesta por dar estabilidad a las producciones, y señala la extensión del regadío como la única solución posible para alcanzar este objetivo: "Ya está bien de demonizar los riegos", declara de Puerta, que defiende que el olivo es el cultivo que mejor aprovecha el agua de los riegos y que más rentabiliza esta inversión.

El representante de las Cooperativas justifica la apuesta por el regadío haciendo referencia al enorme potencial del olivar español, y explica que en los últimos años se ha creado un mercado lo suficientemente robusto para que la administración contemple esta opción. El agricultor señala a nuestro país vecino, Portugal, como ejemplo de éxito en la implementación del regadío en la producción de aceite: "Portugal ha transformado completamente su olivar".

Tal y como indica el portal especializado Olimerca, un estudio encargado por el Gobierno luso señaló que pueden implementarse técnicas intensivas de regadío que resulten sostenibles a nivel ecológico: la región del Alentejo, indica el mismo portal, es señalada por consultoras como CONSULAI y Juan Vilar Consultores Estratégicos como un escenario que aspira a liderar la olivicultura en los próximos tiempos. En los supermercados portugueses Pingo Doce y Continente, el precio de la botella de litro de aceite de oliva se encuentra entre los 6 y 7 euros.

Hace una semana, en el contexto de las negociaciones entre PSOE y Junts para la aprobación de los decretos, el Gobierno pactó con los independentistas la bajada del IVA del aceite de oliva del 5% actual hasta el 0%. El acuerdo con los de Puigdemont, sin embargo, se encuentra todo en el aire: mientras que a los consumidores solo nos queda esperar para saber si está bajada en las tasas supone un alivio para nuestro bolsillo, en la provincia Jaén son miles las personas que miran a los cielos, en busca de nubes cargadas de agua que puedan dar fin a una situación que lleva alargándose demasiados años.