El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, reconoció ayer que la marcha de Nadia Calviño va a ser "una enorme pérdida" para él "en lo personal y en lo político". "Le tengo mucho cariño y mucho respeto. A mí me parece que es muy importante tener mujeres en carteras tan importantes para nuestro país, como es la Transformación Digital, como es la Economía, pero creo que va a ser una buena noticia para España", añadió.
Con el nombramiento de Nadia Calviño como presidenta del Banco Europeo de Inversiones (BEI) termina una etapa de cinco años como ministra de Economía y vicepresidenta en distintos grados del Gobierno de España y retoma sus aspiraciones en puestos de relevancia internacional.
Calviño, que no está afiliada al PSOE, fue la apuesta personal de Sánchez al fichar en junio de 2018 para la cartera de Economía a un perfil técnico (era directora general de Presupuestos en la Comisión Europea), cuya ideología se enmarcaba en el centro-izquierda y que era halagada por Ana Patricia Botín y vista con recelo por Podemos y el ala más izquierdista del PSOE.
Experiencia en la Comisión Europea y el FMI
Fue el pasado mes de agosto cuando el Gobierno anunciaba la presentación formal de la candidatura de Calviño para presidir el BEI, al considerar que se trataba de una apuesta "fuerte por la experiencia" de la vicepresidenta que cuenta con 12 años en la alta dirección de la Comisión Europea y cinco años en el Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital, "coordinando con éxito la política económica del Gobierno de España".
Nadia Calviño ya ha desempeñado previamente varios cargos en el seno de la Comisión Europea y también en el Fondo Monetario Internacional (FMI), donde ha sido hasta hace poco presidenta del Comité Monetario y Financiero Internacional (IMFC, por sus siglas en inglés).
Asimismo, desde que forma parte del Gobierno de España, fue propuesta en su categoría de ministra de Economía para presidir el Eurogrupo el pasado verano de 2020. En aquella ocasión, sin embargo, se quedó sin lograr los votos necesarios para ocupar un puesto que cayó en manos del irlandés Paschal Donohoe.
Principales logros como ministra de Economía
Sorprendió que el pasado 20 de noviembre, cuando Pedro Sánchez confirmó su Gobierno que mantuviera a Nadia Calviño en Economía a pesar de haberla postulado para la presidencia del BEI, pero así lo hizo y el jefe del ejecutivo la confirmó en su puesto sabiendo de la inminencia de su relevo.
Calviño ha destacado al frente de Economía por su gestión de la crisis económica provocada por la pandemia y la crisis energética derivada de la invasión de Ucrania. Su mayor logro ha sido la coordinación del plan de recuperación, transformación y resiliencia por el que ya se han recibido más de 37.000 millones de euros en fondos europeos, la mitad de lo que le corresponde a España en transferencias no reembolsables.
Ella misma ha reclamado como su logro la fuerte recuperación de la actividad económica y el liderazgo del crecimiento de nuestro país en la eurozona con una de las tasas de inflación más bajas.
Enfrentamiento con Yolanda Díaz
Durante su gestión apenas ha sintonizado con los miembros de Podemos del primer Gobierno de coalición y ha tenido duros enfrentamientos con la vicepresidenta Segunda del Gobierno y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz.
El último de esos desencuentros ha sido a cuenta del subsidio por desempleo, tras unas declaraciones desde el Ministerio de Economía que apuntaban a que iba a sufrir modificaciones, la titular de Trabajo expresó públicamente su "total disconformidad" con este planteamiento y obligó a Calviño a calmar los ánimos con declaraciones asegurando que el Gobierno "está alineado" en en este tema.
En anteriores ocasiones ambas ministras han mostrado sus diferencias sobre el salario mínimo, el alcance de la reforma laboral o sobre la entrada de capital saudí en Telefónica.
En cualquier caso, Calviño ya no tendrá que lidiar con las previsibles nuevas tensiones que se generarán en el recién estrenado gobierno de coalición con Sumar porque pasa a gestionar otros asuntos supranacionales en las instituciones europeas.
