PALEONTOLOGÍA

Hallan un embrión de dinosaurio perfectamente conservado en una extraña postura

Un equipo de investigadores ha descubierto un huevo fosilizado de entre 72 y 66 millones de años donde se conserva "exquisitamente" un embrión de dinosaurio, cuya postura arroja información relevante en su comparativa con las aves modernas.

ondacero.es

Madrid | 22.12.2021 13:46

Recreación de bebé dinosaurio
Recreación de bebé dinosaurio | Getty Images

Un equipo de investigadores ha descubierto un embrión de dinosaurio "exquisitamente conservado" en el interior de un huevo fosilizado de entre 72 y 66 millones de años de antigüedad.

Hallado en la ciudad china de Ganzhou, el apodado "Bebé Yingliang" pertenece a la familia de los dinosaurios terópodos desdentados u ovirraptorosaurios cuyas conductas bien podrían asemejarse a las de las aves modernas. El fósil arroja información sobre el vínculo entre los comportamientos de las aves y aquellos animales extintos, pues sugiere que estos dinosaurios desarrollaban posturas similares a las de las aves, al menos, en el periodo próximo a la eclosión.

Los descubrimientos en torno a Bebé Yingliang

Los investigadores descubrieron que la posición de Bebé Yingliang, uno de los embriones de dinosaurio más completos jamás encontrados, es única: su cabeza se sitúa debajo del cuerpo, con los pies a ambos lados y la espalda enroscada a lo largo del extremo romo del huevo. El embrión está articulado sin grandes alteraciones por la fosilización: con una longitud estimada de 27 centímetros desde la cabeza a la cola, la criatura se encuentra dentro de un huevo de 17 centímetros.

Según señala un comunicado de la Universidad de Birmingham (Reino Unido), esta postura hasta ahora desconocida en los dinosaurios, es similar a la de los embriones de aves modernas. En las aves, estas posturas se vinculan a un comportamiento controlado por el sistema nervioso central que resulta esencial para el éxito de la eclosión. Se sabe que las aves desarrollan una serie de posturas de repliegue, en las que doblan el cuerpo y meten la cabeza bajo el ala poco antes de eclosionar. Los embriones que no alcanzan esas posturas tienen más posibilidades de morir por no haber nacido.

Después de haber analizado el huevo y el embrión, los científicos han concluido que este comportamiento previo a la eclosión, que hasta ahora se consideraba exclusivo de las aves, podría haberse originado entre los terópodos no avianos. El Bebé Yingliang fue identificado como un ovirraptorosaurio en función de en su cráneo profundo y sin dientes; estos son un grupo de dinosaurios terópodos emplumados, estrechamente relacionados con las aves actuales, conocidos en el Cretácico de Asia y América del Norte.

El huevo olvidado

Liderado por expertos de la Universidad de Birmingham y de la Universidad China de Geociencias (Pekín), el equipo, que también integran varios científicos de Canadá, publica los detalles en la revista iScience.

Según relata la revista, el ejemplar fue adquirido en el año 2000 por Liang Liu, el director de una empresa llamada Yingliang Group que sospechaba que podía contener fósiles de huevos. No obstante, acabó almacenado y olvidado hasta unos diez años después, cuando, durante la construcción del Museo de Historia Natural de Piedra de Yingliang, el personal clasificó las cajas y desenterró los fósiles, razón por la cual ahora se ubica en hora es donde se encuentra.

"Estamos muy entusiasmados con el descubrimiento de Bebé Yingliang, ya que se ha conservado en un gran estado y nos ayuda a responder a muchas preguntas sobre el crecimiento y la reproducción de los dinosaurios", explica Fion Waisum Ma.

"Es interesante ver que este embrión de dinosaurio y un embrión de pollo posan de forma similar dentro del huevo, lo que posiblemente indica comportamientos similares antes de la eclosión", añade.

Al comparar al Bebé Yingliang con los embriones de otros terópodos, dinosaurios saurópodos de cuello largo y aves, el equipo propuso que el comportamiento de repliegue, que se consideraba exclusivo de las aves, evolucionó por primera vez en los dinosaurios terópodos hace muchas decenas o cientos de millones de años. Los descubrimientos adicionales de fósiles de embriones serían muy valiosos para seguir probando esta hipótesis, resumen los investigadores.