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Libros de Oscar

Esta semana tenemos resaca literaria de los Oscar. Las triunfadoras –ninguna se merece el calificativo degran han sido películas basadas en libros. Hablamos de ellos y de algunos títulos más, ya que muchas de las nominadas partían de una obra editorial –novela, teatro y no-ficción–.

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Barcelona | 26.02.2013 16:57

Libros de los Oscar
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Italia ha sido la otra gran protagonista de  las últimas jornadas... y lo que te rondaré, morena. A pesar de sus líos políticos, su vitalidad intelectual es destacada. De allí vienen dos libros fascinantes, una novela y un ensayo: Crimen en la colina, de Carlo Flamigni (Siruela), y Los mitos de nuestro tiempo, de Umberto Galimberti (Debate).

 

Oscar y Libros

Las cuatro películas más premiadas de los Oscar de este año se basan en libros: Argo, Lincoln, La vida de Pi y Los miserables.

Argo parte del libro-documento del mismo título editado en España por RBA. Pueden leer el comentario que hicimos sobre él hace algunas semanas. Sus autores son Antonio J. Méndez, el agente que dirigió –en 1979– una operación de la CIA en Irán bautizada así, y el periodista Matt Baglio.

Lincoln es la adaptación de un libro que aún no se ha publicado en nuestro país, Team of Rivals, de Doris Kearns Goodwin (Simon & Schuster). Goodwin es una historiadora y divulgadora de prestigio en Estados Unidos; obtuvo, en 1995, el Premio Pulitzer por un trabajo sobre el presidente Franklin D. Roosevelt y su esposa Eleanor.

Si quieren biografías de Abraham Lincoln en español, destacan dos, ambas firmadas por un Vidal. Tienen la monumental –en todos los sentidos– del norteamericano Gore Vidal– (Edhasa) y la del español César Vidal (Planeta), que contiene –es un aviso a navegantes– referencias a la política española.

Vida de Pi, del canadiense Yann Martel (Destino), lleva bastantes años en el mercado español. La primera edición es de 2003. El libro llegó con la etiqueta del premio Booker –el más importante en lengua inglesa– y funcionó el boca-oreja. Ha sido reeditado varias veces y, ahora, se le ha incorporado una portada basada en la película.

Un final feliz, de Mattew Quick (Crescendo), también es una veterana en nuestras librerías. Fue lanzada en 2008 y es la novela en la que se basa El lado bueno de las cosas. Ha sido reeditada por Debolsillo con el cartel y el título película, también premiada en la gala de los Oscar.

No, del chileno Pedro Larrain nominada a Mejor película de habla no inglesa, parte de una obra teatral, El plebiscito, de Antonio Skármeta. No hay que confundirla  con la novela No pasó nada (Pomaire en los 90, reeditada por Debolsillo) a pesar de que es del mismo autor, su título comienza con una negación, trata sobre Chile y uno de sus personajes principales se llama Lucho. Caramba, no es extraño que haya quien se confunda.

La noche más oscura optaba, entre otros, al premio al guión original. Sin embargo, casi todo lo que cuenta sobre la operación militar se halla en Un día difícil (Crítica), escrita por Mark Owen, miembro de las fuerzas especiales que mataron a Bin Laden, con la ayuda del periodista Kevin Maurer.

Una curiosidad. La película noruega Kon-Tiki, también candidata en el apartado de lengua no inglesa, sonará a cualquiera que haya cumplido los 50 años. Narra una expedición de los años 40 del siglo pasado en la que un equipo de aventureros navegó desde Sudamérica a Polinesia en una balsa de troncos y cáñamo. El responsable de la expedición, Thor Heyerdahl, escribió un libro que se hizo muy famoso en España y que aún está vivo: La expedición Kon-Tiki (Juventud).

Como todos los años, hay también algunos clásicos de siempre: Anna Karenina, de Lév Tólstoi, cuya edición más reciente es la de Alianza en dos volúmenes de bolsillo; Los miserables, de Victor Hugo, con muchas ediciones distintas de las que la de Planeta es la más reciente y utiliza el cartel de la película para llamar la atención; El hobbit, de J. R. R. Tolkien, se beneficiará –seguro– del tirón de la película. Debolsillo y Minotauro han lanzado sendas ediciones con el póster del largometraje.

Y, finalmente, la inevitable Blancanieves. ¿Qué les ha dado a los productores con este cuento de los hermanos Grimm? A la ceremonia del domingo llegaron dos películas distintas y por el camino se quedó la española. Hay tantas ediciones sobre las obras de los Grimm que daría para un par de entradas. Si rebuscan en su biblioteca seguro que encuentran alguna.

Hace unos días reflexioné sobre el tema cine y literatura con algúndato interesante. Como podrán comprobar, no todo el monte es orégano y el éxito de la película no garantiza el de la obra literaria, aunque ayuda.

 

Crimen en la colina

Una auténtica delicia. Uno de los libros más encantadores que he leído últimamente. En el tren, mientras lo devoraba, se me puso la cara de bobo, con una media sonrisa permanente.

Crimen en la colina es una novela del italiano Carlo Flamigni (Siruela) que gustará, incluso, a los que no soporten la novela policiaca. El subtítulo es muy elocuente y nos hace albergar esperanzas de una nueva entrega: El primer caso de la familia Casadei.

¿Qué destaca?

De entrada, tiene el aire de las grandes comedias familiares, con unos personajes que te ganan desde la primera página.

Primo Casadei, el protagonista, es un escritor de éxito con un pasado, digamos, cuestionable que incluyó un periodo entre rejas. Cosillas de juventud. Su esposa, María, es una inmigrante ilegal china que aprendió el italiano a base de seriales en dialecto romañol y de un canal religioso. Mezcla explosiva donde las haya.

Con ellos viven Proverbio, un viejo que aplica el refranero popular a cualquier problema, y Pavolone, que vendría a ser el guardaespaldas de Primo si no fuera por un pequeño problema, es un forzudo, sí, pero su mente es la de un niño.

Primo y María tienen dos hijas gemelas que son, sin quererlo, el motor de la trama. Una de ellas enferma de tuberculosis y el médico les aconseja pasar un tiempo en la montaña, hasta que se recupere.

Así que la familia al completo –eso incluye a Proverbio y Pavolone– se desplaza al pueblo de Primo, una pintoresca aldea de la Romaña dedicada a la agricultura y la ganadería.

La descripción de la vida en aquel lugar es divertidísima y muy cercana. Resulta impagable el capítulo dedicado a los nombres y motes. La galería de personajes secundarios es magnífica: el maestro medio jipioso, un cura guaperas castigado por el obispo, el inspector de nombre shakesperiano, el círculo republicano comecuras...

La narración es original en su forma externa y en su estructura interna. Te engancha, la maldita. La escritura es culta pero no pedante y está muy trabajada, no sobra ni una coma.

La historia policiaca es atípica en su desarrollo y, sobre todo, en su conclusión. Se centra en el asesinato de unos niños en el bosque. Es lo de menos, la verdad. El título original italiano, por ejemplo, no hace mención al crimen: Un tranquilo pueblo de la Romaña.

Carlo Famigni es un escritor veterano, 80 años, y esa sabiduría que da la edad se nota en el poso cultural y vital que transmite en el libro. Es médico, profesor de ginecología en la Universidad de Boloña y miembro del Comité de Bioética de su país.

En fin, una novela no muy extensa –poco más de 190 páginas– que te reconcilia con el pequeño placer de leer por leer. Y ojo con la sonrisa boba.

 

Los mitos de nuestro tiempo

La segunda propuesta italiana de esta semana es un ensayo con un título sugerente: Los mitos de nuestro tiempo. Se trata de una obra fascinante, polémica en su sentido más amplio –invita a discutir sobre sus postulados– y que, por su contenido, podría convertirse en el libro de cabecera de El Gabinete, territorio de debate en Julia en la Onda.

El autor, Umberto Galimberti, es psicólogo, filósofo y profesor universitario, primero de antropología cultural y, ahora, de filosofía. Y ese caudal cultural se nota, y mucho, en el libro. Los mitos de nuestro tiempo (Debate) aborda temas de mucho calado intelectual, político y social.

¿Qué es un mito?, se pregunta/nos pregunta Galimberti. ”A diferencia de las ideas que pensamos”, nos dice, “los mitos son ideas que nos poseen y nos gobiernan con mecanismos que no son lógicos sino psicológicos”. Los mitos, viene a explicarnos, son ideas simples que hemos mitificado –“rodear de extraordinaria estima determinadas teorías, personas, sucesos, etc.”, RAE dixit– porque nos dan seguridad y resultan cómodas en un mundo en continua transformación.

En su estudio, el autor ha dividido los mitos en dos:

  1. Mitos individuales, como el amor materno, la identidad sexual, la juventud o el mito de la felicidad, entre otros.
  2. Mitos colectivos, entre los que destacan las  nuevas tecnologías, el mercado, la globalización, el terrorismo o los mitos relacionados con la seguridad y la raza.

Asegura Galimberti que el hombre de hoy ya no está en el centro del universo, como sostiene el Humanismo desde el Renacimiento. Todos los conceptos clave –individuo, identidad, libertad, verdad, naturaleza, ética, política, religión... – tienen que ser revisados ​​en función de la sociedad tecnológica en la que vivimos.

Especialmente interesantes son sus aportaciones al debate educativo y, en especial, sus propuestas sobre el papel que deben jugar las materias humanísticas en la enseñanza.

El libro tiene un nivel alto tanto en la escritura como en los referentes que maneja y a partir de los cuales el autor construye su discurso. Es una obra apasionante, absorbente y que invita a reflexionar sobre temas que nos atañen a todos y que marcarán nuestro futuro y el de nuestros hijos en las próximas décadas.