Experiencias viajeras

Una excusa...

El concierto de The Subways, el jueves 17 de noviembre (entradas agotadas), en la Sala Caracol, uno de esos recintos madrileños míticos a los que, desde hace veinte años, se va para escuchar música en directo. Vivir la caña musical de los británicos del metro es una buena excusa para recorrer todo lo que puede ofrecer esta zona del centro-sur de la capital, a un paso de la Estación de Atocha y a un par de calles de la multicultural Lavapiés.

ondacero.es

Madrid | 13.11.2011 14:57

El concierto de The Subways, el jueves 17 de noviembre (entradas agotadas), en la Sala Caracol, uno de esos recintos madrileños míticos a los que, desde hace veinte años, se va para escuchar música en directo. Vivir la caña musical de los británicos del metro es una buena excusa para recorrer todo lo que puede ofrecer esta zona del centro-sur de la capital, a un paso de la Estación de Atocha y a un par de calles de la multicultural Lavapiés.

Un poco a desmano, pero también interesante y recomendable, sobre todo para los niños, el Museo del Ferrocarril, en la calle Delicias. Es el paraíso para los amantes de los ferrocarriles y sus infrestructuras, con máquinas que sólo contextualizándolas nos resumen gran parte de la historia contemporánea de nuestro mundo. Bloques de hierro fundido sobre ruedas que hacen la labor de Catedrático de Historia.

 

The Subways es una banda que, tras varios cambios de nombre, se da a conocer ante el gran público con “Young for eternity”, en el año 2005. Los temas “Oh yeah” y “Rock and Roll Queen”, de ese trabajo inicial, siguen siendo algunas de las estrellas musicales de sus giras... Y como su música no es especialmente relajada, hay que coger fuerzas con un picoteo por la zona. Este triángulo madrileño tiene algunos bares interesantes para tapear. Quizá, el más representativo por la historia que aguantan sus azulejos con más de medio siglo de vida sea la freiduría de gallinejas de Embajadores, 84. Plato típico de Madrid. Comida castiza al cien por cien (si te gustan las gallinejas, entresijos y las mollejas, claro).

 

Este barrio ha cambiado mucho en los últimos 15 años. Recuerdo los paseos por los alrededores de la antigua estación de autobuses de Palos de la Frontera, con la calle Ferrocarril como una de mis preferidas. Ahí estaba y sigue estando El Museo de la Patata, de los hermanos Guío. Lleva más de 30 años ofreciendo su especialidad, la patata. Patata cocinada y servida de mil maneras (y las migas, que también las preparan de maravilla). Sólo hay que pedir una caña o un vino y probar la tapa que te ponen (gratis)...

 

Son dos ejemplos representativos de la multitud de bares, tascas y mesones que podemos encontrar en las calles que rodean a la Sala Caracol. Opciones de todos los precios para picotear algo antes de saltar con las guitarras de Billy Lunn y Charlotte Cooper y la batería de Josh Morgan.

 

The Subways un día antes, el 16, en Barcelona, en laSala Apolo, y un día después, el 18, en Valencia, en la sala Wah Wah.