Es sin duda una buena noticia y una bocanada de aire fresco a los sistemas públicos de alquiler de bicicletas que tanto han costado a los ayuntamientos que los han puesto en práctica y que no están dando muchos beneficios económicos en líneas generales. Esta decisión de no obligar al uso del casco al menos no va a suponer su caída definitiva, porque la inmensa mayoría de los usuarios de bici pública de alquiler supera la mayoría de edad, aunque se pueda utilizar a partir de los 14 años.
Buena noticia por tanto, o por lo menos no tan mala como cabía esperar, ahora que la ciudad de Madrid (más vale tarde que nunca) tendrá en menos de un año, su propio sistema público de préstamo de bicicletas, todas ellas eléctricas.
Se sigue sin saber demasiado sobre la propuesta de destinar al ciclista a la derecha del carril para no “estorbar”, cuando hasta ahora se le pedía ir por el centro, que es bastante más seguro de cara a puertas de coches aparcados que se abren, giros de coches hacia la derecha, etc. Esperemos que este punto, menos polémico que el del casco pero tremendamente más importante, también se reconsidere y corrija, porque puede terminar con muchos ciclistas en el suelo.