Las órdenes de alejamiento decretadas por un juzgado de Logroño sobre esta mujer son consecuencia del hostigamiento y amenazas que realizó sobre una vecina del barrio, en cuya puerta cometió actos vandálicos como el sellado de la puerta de entrada con poliuretano, la inserción de amenazas o la quema del felpudo.
Este comportamiento había generado malestar en toda la urbanización debido, además, a su violenta actitud (destrozó a martillazos unas cámaras de seguridad) y comportamiento incívico recurrente, pues arrojaba ollas de comida e incluso bolsas de excrementos por las escaleras del vecindario…
Nada más ser puesta en libertad, volvió a restregar excrementos por la puerta de la vivienda de su víctima incumpliendo la orden de alejamiento por quinta cuarta vez en pocos días por lo que finalmente fue detenida.


