Entrevista Más de uno Gipuzkoa

Tom Kublin para Balenciaga. Una colaboración inusual

Tom Kublin tuvo una corta pero intensa vida profesional en el campo de la fotografía de moda. Después de la II Guerra Mundial, y ante la incertidumbre que generó la invasión soviética de Hungría —su país de origen—, decidió emigrar a Zúrich, donde abrió un estudio fotográfico. El contexto de esta ciudad suiza, históricamente vinculada a la industria textil, le conectó con la sedera Abraham, para la que trabajó durante más de dos décadas. Este vínculo con Abraham, empresa proveedora de la alta costura parisina, favoreció que, a mediados de la década de 1950, Kublin conociera a Cristóbal Balenciaga.

Eduardo Yañez

San Sebastián | 10.06.2022 13:02

La exposición presenta, con más de cien fotografías y cinco extractos de películas, una selección de la extensa producción de Kublin sobre Balenciaga. Incluye fotografías de diseños confeccionados con sedas de Abraham por encargo de la casa suiza, fotografías artísticas publicadas por Harper’s Bazar, Jardin des Modes y Town & Country, y su trabajo interno para la casa Balenciaga. Además, muestra, por primera vez, fotografías no publicadas, pertenecientes a la colección de Maria Kublin, hija del fotógrafo.La muestra, comisariada por Ana Balda y Maria Kublin, cuenta con la colaboración de los Archivos Balenciaga de París, el Museo Nacional de Suiza y el Museo de Diseño de Zúrich. Con ella, el Museo Cristóbal Balenciaga pone de relieve la trascendencia del trabajo de Tom Kublin para Balenciaga, tanto con fines documentales como artísticos, y la importancia de su obra fotográfica y fílmica en la configuración de la imagen de la marca Balenciaga.