Sociedad|Navarra

Myriam Gómez García:" La "Sopa Caliente" es algo simbólico: No alimenta realmente el cuerpo pero sí otras cosas"

La coordinadora de Gizakia Herritar- París 365 advierte de que dentro de los perfiles en exclusión en la calle está aumentado el número de mujeres, de jóvenes extranjeros en situación irregular o quienes han quedado fuera del sistema de protección.

Milagros Vidondo

Pamplona | 11.01.2024 17:16 (Publicado 11.01.2024 15:38)

El comedor París 365 ha activado un año más el programa “Sopa Caliente” para ofrecer un caldo a aquellas personas que pasan la noche a la intemperie en Pamplona ante la bajada excesiva de las temperaturas propias del invierno. Ayer los micrófonos de Onda Cero acompañaron a los voluntarios que realizan este reparto por diferentes puntos de la ciudad, como Plaza de la Cruz, calle González Tablas o los barrios de Ermitagaña y Buztintxuri.

El proyecto “Sopa Caliente” comenzó en diciembre de 2012. En la actualidad los miércoles y lunes de invierno un grupo de personas voluntarias del París 365 ofrecen un caldo caliente y contundente junto a un kit de supervivencia (que incluye saco de dormir, esterilla, manta y ropa de abrigo) a aquellas personas que, de forma voluntaria o por la falta de espacio en los albergues, duermen en la calle. Una ayuda material imprescindible para hacer frente al frío y a las inclemencias meteorológicas propias de esta estación que se convierte también en una gran oportunidad para acompañar a estas personas y compartir un buen rato de conversación con ellas. Punto en el que el que coinciden Myriam Gómez García, coordinadora de Fundación Gizakia Herritar- París 365, y Cristina y Carmen, dos de las voluntarias del proyecto “Sopa Caliente”.

Myriam Gómez García destaca que al grupo histórico de personas de edad media con muchos años de calle o exclusión se únen otros perfiles de personas que viven en la calle: entre ellos jóvenes recién llegados de otros países en situación irregular en muchos casos; mujeres, que escapan de la red de trata de blancas y/o de la prostitución o quienes encabezan familias monoparentales con menores a su cargo. Pero según Gómez hay un grupo que también empieza a crecer: jóvenes menores extutelados del sistema de protección.

A las puertas del albergue de la calle González Tablas, en Pamplona, algunos jóvenes que ayer por la noche no tenían plaza para dormir, contaban a Onda Cero su experiencia, cómo han llegado hasta aquí al verse obligados a salir de su país ante las dificultades para poder vivir en unas condiciones dignas. Todos coincidieron en que su deseo es formarse y encontrar un trabajo para tener un futuro en nuestra tierra.