Informe FUNCAS

La pandemia sí entiende de clases sociales en las ciudades

Las tasas de contagio, hospitalización y mortalidad son más altas en áreas urbanas de nivel socioeconómico más bajo

Rosa Roda

Murcia | 23.02.2021 08:08 (Publicado 23.02.2021 08:07)

La pandemia sí entiende de clases sociales en las ciudades
La pandemia sí entiende de clases sociales en las ciudades | Onda Cero

La pandemia pro­vocada por el coronavirus ha puesto de manifiesto la existencia de desigualdades sociales significativas den­tro de las ciudades. Entre estas desigualdades destacan las que afectan a la salud. Así se desprende del último número de Panorama Social, “Ciudades: luces y sombras de un mundo cada vez más urbano”, editado por Funcas.

Las ciudades más globalizadas y conecta­das al mundo han sufrido antes los efectos de la pandemia. Pero, dentro de las ciudades, sus habitantes han afrontado riesgos muy diferentes de exposición al virus COVID-19 y vulnerabilidad a la enfermedad que causa. Como señala Usama Bilal en su artículo, la capacidad para con­trolar la expansión del coronavirus y su impacto está muy deter­minada por la manera en la que se construyen las ciudades y la prevalencia de enfermedades cró­nicas en la población.

Así, la exposición al virus es mayor en condiciones de hacinamiento residencial y depende también del puesto de trabajo que se ocupa y del transporte que se utiliza habitualmente. En cuanto a la vulnerabilidad a la enfermedad que provoca el COVID-19, la edad es un factor clave, pero también importa la existencia de enfermedades crónicas y estrés, más prevalentes entre la población con menos recursos.

En qué medida esa mayor exposición al virus y esa mayor vulnerabilidad física a su impacto que afectan a los habitantes de zonas urbanas más deprimidas redunda en una mayor incidencia de la enfermedad y una tasa más alta de ingresos en hospitales y muertes es una cuestión sobre la que todavía hay pocos datos. No obstante, investigaciones recientes indican que el 20% más pobre de los habitantes de algunas grandes ciudades (como Nueva York, Filadelfia o Barcelona) tienen entre 1,5 y 3 veces más riesgo de contagio, hospitalización y mortalidad.

Los residentes en barrios de menor poder adquisitivo han tenido acceso a menos pruebas diagnósticas, según investigaciones realizadas en Francia y en Estados Unidos.

A pesar de la desigualdad social que generan las ciudades, y también de otras desventajas asociadas a la vida en ellas (contaminación, congestión del transporte, accesibilidad de la vivienda), siguen atrayendo grandes flujos de personas, tanto de población con voluntad de establecer su residencia permanente, como de población “flotante”.