El murciano y el cordobés han salido de la comida con buenas sensaciones. Los dos pesos pesados del Real Murcia se han visto hoy, después de varias semanas fuera, para revalidar su pacto. No dejan nada atrás y siguen adelante dentro del club pimentonero.
Realmente no es que ocurriese nada entre ellos dos, pero Ramos y Moreno necesitaban verse cara a cara. Felipe le ha recordado a Agustín que quiere que sea su presidente, que este tendrá peso en el día a día del club y que se van a dar una oportunidad para trabajar juntos hasta el 30 de junio, de momento. Y es que es lícito que el presidente tenga atribuciones y peso para tomar decisiones, más aún cuando se sabe ya que el consejero delegado pasará semanas fuera de la ciudad.
Ramos, experiencia avalada en el club grana
Ramos, además, no tiene necesidad de ser ahora una figura representativa y con poco aporte en la entidad centenaria de la Región de Murcia. Después de estar durante 18 meses al frente del Murcia, él ha demostrado manejabilidad de diversas situaciones deportivas. Un ascenso en Alicante a Primera RFEF le avala, sin ir más lejos.
Por otro lado, después de un viaje familiar y de recargar pilas, Agustín ha vuelto a coger esa energía necesaria para estar al frente de un Real Murcia. Desde mañana, ambos empezarán a decidir qué nombres les interesan para la dirección deportiva. Quieren a alguien que conozca muy bien el mercado y no les importa la experiencia que tenga. Por otro lado, mantendrán diversas reuniones con el personal del club para darles a conocer cuáles serán las jerarquías establecidas.
Tampoco ha salido el tema durante el cónclave de Mario Simón. Después de cinco empates consecutivos, el técnico manchego empieza a estar en el punto de mira de los aficionados. Eso sí, siempre ha sacado valentía el cuerpo técnico que comanda Simón para vencer en la semana más complicada. Ya le ocurrió en la pasada temporada en varias ocasiones y también en esta. En cualquier caso, el choque del próximo domingo ante el Cornellà puede ser de vital importancia para el responsable del banquillo pimentonero.
