El 10 de abril de 1912, zarpaba del puerto de Southampton con rumbo a Nueva York el mayor barco de pasajeros construido hasta la fecha.
Cinco días más tarde, un día como hoy, 15 de abril, el Titanic se hundía en aguas del Atlántico. Murieron 1500 de las 2200 personas que viajaban a bordo, principalmente hombres, porque la mayor parte de mujeres y niños fueron evacuados.
El famoso iceberg fue el desencadenante, pero no la única causa de la tragedia. Los problemas de diseño, la calidad del acero, la velocidad, las condiciones meteorológicas, la reducción del número de botes, su bajada muy por debajo de su capacidad, los problemas de comunicación con otros buques cercanos, y tantas otras circunstancias, potenciaron la catástrofe.
El suceso supuso una autentica conmoción en la época, cambió los protocolos de construcción, de navegación y de seguridad, además de crear un sinfín de mitos y leyendas, como la que cuenta que la orquesta del Titanic estuvo tocando hasta el último minuto, y que su pieza final fue este himno cristiano titulado "Más cerca, oh Dios, de ti".
Pero de todos los relatos y películas que se han hecho hasta la fecha es sin duda la película de James Cameron la que más ha calado en el imaginario colectivo, hasta el punto de que la mismísima Britney apelaba a la famosa joya ficticia que aparece la película.
