Hoy con Leleman venia pensando en… lo que me preocupa el Levante. Que ayer, mes y medio después, volvió a destituir a su entrenador y con él a toda la dirección deportiva. Y volvió a ser casi a las doce de la noche tras más de siete horas de reunión del Consejo.
Tiene mala pinta este Levante. Muy mala pinta. No ya porque vaya colista y haya sido incapaz de ganar no solo esta temporada sino desde el pasado mes de marzo, que también. Tiene mala pinta porque dos más el que venga tres entrenadores sin haber siquiera finalizado la primera vuelta no puede traer nada bueno.
Ayer se demostró que la decisión más que arriesgada de traer a Javier Pereira, al que hubo que esperar incluso una semana para que llegara de China, fue un error gravísimo hasta el punto de tambalearse y caer toda la estructura deportiva del Levante. Con Pereira se van los tres responsables, o irresponsables, de la decisión: Manolo Salvador, David Navarro y Manuel Fajardo. A Quico se le han acabado los escudos.
Y se le han acabado porque ahora mismo, a las puertas del mercado de invierno y teniendo que decidir la contratación de un entrenador nuevo (el tercero) , el Levante se encuentra sin una dirección deportiva que asuma la decisión. ¿Quién va a decidir el técnico? ¿El propio presidente? Ayer decía Quico que “el club”. Ese ente abstracto… “el club”… ¿se va a someter a votación entre los empleados que también forman “el club? No. La decisión la tomara el presidente. Que para algo el Levante se convirtió hace mucho tiempo en un club presidencialista… Así que querido presidente, te toca acertar.
¿Y qué necesita este Levante para salir del hoyo? Cero experimentos. Necesita un entrenador bragado, con curriculum en primera y que ya se haya visto en alguna situación similar. Todo lo contrario por lo que apostó la anterior dirección deportiva…