Con la clasificación para la liga de campeones y casi con total seguridad la segunda plaza en el bolsillo comienzan los primeros rumores entorno a la planificación de la temporada 2021-2022 que con insistencia apuntan muchos nombres de entradas y de salidas. Y todo ello teniendo en cuenta la precaria situación económica que vive la entidad de Azulgrana que prácticamente le maniata y le impide hacer muchas operaciones.
Ya hemos podido comprobar a las primeras de cambio como el Barcelona no ha podido competir por Haaland o por Mbappé y que esas operaciones se le escapan, por mucho, en el aspecto económico.
Y el Barcelona de los próximos años tendrá que acostumbrarse a vivir en un segundo plano y con un perfil más bajo que el de sus más directos como se ha podido comprobar . Es el peaje a pagar por la nefasta gestión de la directiva presidida por Josep Maria Bartomeu en los últimos años.
Tendremos que acostumbrarnos a operaciones de bajo calado y de escaso peso económico como las de los primeros fichajes Christensen o Kessie y del tipo Azpilicueta y otros jugadores con carta de libertad.
Y la única opción que queda y es la de vender algunos de los activos que tienen la actual plantilla del club.
Pocos tienen un mercado importante y que sean prescindibles porque evidentemente el Barcelona no se plantea que ni Ansu ni Pedri ni Gavi abandonen la entidad. Solo queda una venta del tipo de la de Frankie de Jong o incluso Memphis o el portero Ter Stegen.
Pocos más tienen mercado atractivo y pueden generar las suficientes plusvalías como para que el Barcelona pueda reinvertir ese dinero en otras contrataciones que considere más oportunas o económicas.
La decisión es arriesgada prescindir como se está hablando de un jugador del potencial de De Jong, conlleva importantes riesgos aunque si las cifras que se barajan son tan importantes priorizarían absolutamente el tema económico al Deportivo.
Pero no olvidemos que el Barcelona es un Club deportivo que busca rentabilidad en los terrenos de juego, y que puede crecer sobre la base de éxitos deportivos no devaluando la plantilla y alejándola de los objetivos de mínimos.
Tiene que ser un club competitivo y atractivo para los aficionados.
Además desvestir un santo para vestir otro no siempre suele salir bien porque no sabes si ese dinero que vas a recibir lo inviertes bien.
Es una operación altamente peligrosa no así la de Coutinho que ya ha dicho todo lo que tenía que decir en el Barcelona y que saldrá por unas cantidades aceptables tal y como está el mercado deportivo. El tiempo lo juzgará pero no pueden equivocarse.