Al fin y al cabo fue una derrota que volvía a demostrar que hoy por hoy, al Barcelona aún le falta mucho trabajo por realizar para ganar este tipo de partidos ante rivales de gran calidad como el 11 germano. Es cuestión de tiempo o es la sensación que da teniendo en cuenta que no dejan de ser los inicios de la temporada y que apenas ha tenido Xavi Hernandez tiempo suficiente para ir ensamblando las piezas, las muchas piezas que se han incorporado, y para que funcionen como una máquina a la perfección como quiere su entrenador. Hay mucho trabajo por realizar todavía y en esos pequeños detalles está la diferencia que existe entre un equipo ya armado y otro en proceso de construcción. A todo ello hay que unir los dos graves errores defensivos que propiciaron en muy espacio corto de tiempo los dos goles que a la postre daría la victoria al equipo de Nagelsmann. Un error en la marca a la salida de un córner y un despiste defensivo que permitió que Sane entrara con toda libertad para fusilar al portero del Barcelona con toda comodidad.
No hay que rasgarse las vestiduras por perder en Munich, entra dentro de lo posible, no en vano es un equipo que prácticamente no pierde encuentros en su estadio y que los cuenta casi todos por victorias, e incluso hay que tener en cuenta que el Barcelona estuvo mucho más cerca de la victoria que en otras muchas oportunidades y que su primera parte Rayo al nivel del mejor Barcelona europeo gobernando el partido con autoridad y quedando Solo a expensas de haber materializado las oportunidades.
Tampoco es normal que Lewandowski no acertar a ninguna de las oportunidades claras que tuvo ante sus excompañeros, algo que no suele ocurrir y que en esta oportunidad penalizó considerablemente al Barcelona.
Ya lo dijo al terminar el partido el entrenador del Barcelona, hay que aprender de estas derrotas, tomar nota de los errores que se han cometido y no volver a cometerlos pues eso forma parte del fútbol crecimiento y aprendizaje.
Ante el Bayer de Munich y en este mes de septiembre en su estadio se puede perder pero es un aviso de que el Barcelona todavía está en proceso de construcción y que le queda mucho para ser el equipo que todos desean, casi intratable, casi invencible y todopoderoso. Hay que aprender de los errores.