Miguel Garrido, vicepresidente de CSIF en las administraciones públicas, afirma que existe un malestar general. Muchos problemas enquistados que no se solucionan porque, dice, el gobierno asturiano utiliza las negociaciones como un mero trámite al que está obligado pero no aporta avances. Por ello insta a todos los sindicatos a repetir la unidad demostrada en el ámbito educativo para luchar juntos por esas mejoras pendientes. Cree posible lograrlo porque es una oportunidad única, explica. No tanto porque vean al gobierno asturiano débil tras la huelga educativa, sino porque se puede aprovechar la corriente de malestar actual.
Garrido afirma que los problemas son comunes para todos los empleados públicos de Asturias. Sin embargo, y a diferencia de lo que se ha visto en educación, cada sindicato suele ir por libre o acuerda colaboraciones puntuales. Lo que propone CSIF es unirse y desde hoy iniciarán contactos con los comités de empresa y la junta de personal funcionario. Sería la primera vez que se logra en nuestra región.
CSIF deja claro que su propuesta no está basada en el oportunismo. Tampoco buscan favorecer posiciones de la derecha o extrema derecha ni debilitar al gobierno, como dice el presidente Adrián Barbón. Insiste en que las conductas unilaterales mostradas por Lydia Espina en educación no son una excepción, sino una norma. Y es el momento de gritar que "hasta aquí llegamos".