Muchas de las llamadas que se reciben en el 900 25 26 26 sólo buscan una voz con la que poder hablar. Otras buscan respuesta a dudas sobre servicios o prestaciones existentes para personas mayores. Casi la mitad de las llamadas las realizan personas de entre 65 y 79 años y el 35% de los comunicantes tienen 80 años o más.
La mayoría de las llamadas (el 61%) las realizan mujeres, casi siempre con el ánimo de entablar conversación. La coordinadora de este servicio en la Fundación DFA, Angeles Cepero, explica que muchas de estas llamada permiten detectar situaciones de vulnerabilidad que son derivadas a los servicios sociales.
La labor de este servicio fue esencial durante la pandemia. Sólo en marzo de 2020 atendieron más de 1000 llamadas de las 7000 que se recibieron en todo el año. Cepero también resalta la importancia de las llamadas que llegan por parte del entorno de los mayores, como amigos o vecinos, alertando de situaciones preocupantes.