Los relojes de maquinaria tradicional y saetas están siendo sustituidos por los relojes inteligentes o smartwatches en las muñecas de los ciudadanos de todo el mundo. Pero además de leer mensajes, contar pasos o medir la frecuencia cardíaca puede tener utilidades que van más allá de las aplicaciones de uso cotidiano.
La investigadora del I3A de la Universidad de Zaragoza, Julia Ramírez, señala que el estudio en el que participa ha analizado los datos de 83000 personas sanas de entre 50 y 70 años, a los que se realizaron electrocardiogramas de 15 segundos como los que ya pueden hacer relojes y aplicaciones móviles. Estas pruebas detectan latidos cardíacos prematuros que pueden ser el origen de insuficiencias cardíacas o fibrilaciones auriculares.
El estudio determinó que 1 de cada 50 individuos sometidos a estudio tenía un latido cardíaco prematuro, lo que permite anticipar una patología que se podría desarrollar en los siguientes diez años. La investigación sugiere que los dispositivos móviles pueden ayudar a predecir enfermedades cardíacas, por lo que se debe empezar a trabajar en desarrollar aplicaciones que proporcionen una información de máxima precisión que permita aplicar los tratamientos para corregir los latidos cardíacos prematuros.