Tras más de cuatro meses de confinamiento esta apertura era muy esperada por el sector turístico del Pirineo. No obstante, y ante la más que previsible avalancha de visitantes este próximo fin de semana procedentes de Zaragoza, el presidente de la Asociación Provincial de Hostelería, Carmelo Bosque, ha pedido prudencia en el sector e insiste en que hay que seguir siendo cuidadosos para poder salvar el verano. “Cuatro días, -dice- no pueden estropear todo un verano”.
Y es que para el sector es vital asegurarse un verano normal en la provincia. Aunque muchos establecimientos abren otros prefieren esperar puesto que si tienen que sacar a los trabajadores del ERTE, tiene que haber suficiente trabajo para que el negocio sea rentable.
Bosque ha apuntado que será más difícil poner en marcha los grandes hoteles que los pequeños establecimientos.