Editorial

NO PARECE TAN DIFÍCIL. La complejidad de la videovigilancia

Acaban de presentarse la tercera y la cuarta fase, y ya tenemos asomando la cabeza la quinta. El sistema de videovigilancia avanza por un camino nunca antes explorado; recuerden que tal y como está diseñado y programado, por su magnitud y por su tecnología, es pionero en España. Así que tampoco se puede hablar aquí de si va rápido o lento, porque no hay referencia alguna con la que comparar.

No hay otro igual en el país, decíamos, por la tecnología empleada: dos tipos generales de dispositivo, uno de ellos a su vez de dos clases diferentes, y supeditados a permisos del Gobierno según lo qué, dónde y cómo vayan a grabar. Su complejidad es directamente proporcional a la dificultad incluso para explicarlo.

A estas cámaras por cierto, les pasa igual que a los radares de velocidad en las carreteras: deben estar perfectamente señalizadas. Y ha sobrevolado en este sentido la idea, aunque parece que quedará en nada, de poner carteles a las entradas de Marbella advirtiendo. Sería algo así como: “Si eres amigo de lo ajeno o no tienes buenas intenciones, te pillaremos”.

No parece tan difícil.

Alfonso Olaso

Marbella | 19.05.2022 09:40