La falta de agua se encarama definitivamente a lo más alto desbancando al Presupuesto Municipal, el primero por estas fechas, y al plan general, eterno líder en la clasificación general.
La sequía -no viene mal empezar a usar ese vocablo en lugar de tanta eufemística “escasez grave de agua”- produce dos efectos nuevos. Uno, el que llevamos meses, por desgracia, anunciando: el agua ya no está llegando como antes a algunos hogares. ¿A cuáles? Pues usen como regla práctica que cuanto más arriba estén, peor. Es pura física.
El segundo efecto es una nueva obra en una infraestructura hidráulica, que en principio no cuesta mucho hacerla, pero con lo laboriosos que son los procedimientos de la administración pública, veremos si cuando pueda hacer efecto, ya no hay agua o lo contrario; ha pasado esta sequía.
No parece tan difícil.