El conjunto de Paco Jémez se fue de La Catedral en medio de una gran ovación de los aficionados locales y los que le han acompañado en el viaje a Bilbao, y también felicitado por su entrenador, pero con el zurrón de los puntos vacíos y seguro con el cabreo de haber desaprovechado una inmejorable ocasión para escapar más de un descenso que sigue teniendo a tres puntos.
Con mejor ánimo, aunque con cara de apuro, se ha ido a vestuarios un Athletic que lo ha pasado mal pero que ha encontrado en una conexión entre Raúl García e Iñaki Williams la ocasión para agarrar los importantes tres puntos en su pelea europea por eludir la séptima plaza y las previas del verano, en la que ahora aventaja en tres puntos al Sevilla.
Precisamente seré el conjunto hispalense al que visitará este jueves en la vuelta de cuartos de final de la Liga Europa que encarará en desventaja (2-1).
Williams recibió de Raúl al borde del área, se revolvió ante su marcador y enganchó un violento disparo hacia la escuadra izquierda e incontestable para la Juan Carlos.
Fue lo último que hizo ya que se lesionó y tuvo que ser cambiado cuando Ernesto Valverde ya había puesto sobre el terreno de juego a Aritz Aduriz y Beñat Etxebarria, sin los que su equipo dejó mucho que desear.
Comenzó animado el partido, con una amarilla ya para el minuto 1, a Nacho por una falta a Williams en la que Lekue intentó sorprender a Juan Carlos, pero no lo consiguió.
Una mano clara de Crespo en el minuto 7 que Gil Manzano no entendió como penalti encrespó los ánimos de la grada de San Mamés, que también entendió segunda amarilla de Nacho en una caída en el minuto 20 de Williams cuando el hoy delantero centro local iniciaba la arrancada al borde del área grande.
La jugada de la mano de Crespo terminó en un remate que Muniain no conectó bien y fue manso a las manos del meta rayista.
Respondió el Rayo con una contra casi en superioridad en la que Javi Guerra remató dos veces un balón centrado desde la derecha por Miku. El remate más claro fue el primero, pero Iraizoz respondió con una espléndida intervención.
Un par de jugadas a balón parado de Susaeta, la primera directo y la segunda rematada casi de espaldas y cayéndose por Raúl García certificaban un mejor arranque bilbaíno.
Pero los visitantes fueron recomponiéndose, se hicieron un rato con el balón y amagaron más que dieron hasta que, llegando al descanso, un remate de cabeza de Muniain y un disparo de Rico desde la frontal, ambos sin excesivo peligro, reanimaron a los rojiblancos.
También comenzó movida la segunda mitad, con un remate de Raúl García a centro de Lekue y, sobre todo, un fuerte disparo que Williams estrelló en el lateral de la red.
Reaccionó el Rayo. Primero con un disparo de Quini en similar situación que Williams, pero muy desviado, y con una gran oportunidad de Miku de encontrar a alguno de los dos compañeros que tenían a los lados, pero se cegó y entre Etxeita y De Marcos despejaron la jugada.
Cambió el peligro de área y un disparo de Raúl García puso en dificultades a Juan Carlos, que también tuvo que achicar ante la llegada de Williams al rechace.
En el toma y daca en el que se estaba convirtiendo el choque tocaba el área local e Iraizoz volvió a aparecer para detener un disparo de Pablo Hernández tras pared con Mikul, que marcó tras el despeje pero en fuera de juego que sancionó el árbitro.
Pagó cara la falta de pegada en las opciones de las que dispuso el Rayo, ya que el Athletic aprovechó la suya. Un pase filtrado de Raúl García a Williams al borde del área que la 'pantera' rojiblanca estrelló en la red tras revolverse ante su marcador y engancha un violento disparo cerca del larguero.
A partir de ahí el encuentro fue un monólogo de juego rayista y una lección de como fallar ocasión tras ocasión, a cual mas clara, ante un Iraizoz que salvó a su equipo en varias intervenciones.
Primero, detuvo un disparo a bocajarro de Javi Guerra tras un despeje de Lekue que fue más un pase a Miku; después apuró jugándose el físico a Miku en un remate del venezolano que impidió uno bastante más claro y casi a puerta vacía de Baena; y finalmente vio como Javi Guerra remata fatal un buen centro desde la derecha de Pablo Hernández.