En los primeros compases del partido se percibió un exceso de respeto en ambos equipos por el miedo a cometer un error que condicionase pronto el choque ante la delicada situación que viven Villarreal y Español en LaLiga. Además, el partido enfrentaba al equipo con peor rendimiento en casa con uno de los tres que menos puntos consigue en sus visitas,si bien fueron los locales los que asumieron el peso del choque y algo más de atrevimiento.
Conforme avanzaba el partido se hizo más patente la intensa presión del Villarreal en el centro del campo aunque sin poder sacarle rendimiento en la portería contraria de un rival sin apenas ritmo en su juego.
De hecho, tanto Darder y Granero apenas aparecían en la zona de creación del equipo catalán, lo que contribuía a que sus tres jugadores de ataque apenas entrasen en juego. En el Villarreal, Fornals y Cazorla trataban de agitar el partido con sus acciones en las inmediaciones del área rival e inquietar la portería de Diego López, que vio como paulatinamente se le complicaba el panorama.
Así, tras un aviso de Pedraza en el minuto 27 el Villarreal subió una marcha superada la media hora de juego y las transiciones defensa-ataque de los locales empezaron a hacer mella en un Espanyol desaparecido en ataque. La insistencia castellonense tuvo su premio a los 37 minutos de juego en una falta lateral sacada por Cazorla que Gerard Moreno remató de cabeza al travesaño, pero que Iborra convirtió en gol en el rechace.
El gol dio más confianza al Villarreal, que vio como Gerard Moreno desaprovechaba al filo del descanso una gran ocasión para marcar el segundo tanto tras una buena acción de Cazorla y Pedraza.
El Espanyol salió con otra actitud en el segundo tiempo. Salió de su área y se fue a por el gol del empate y tuvo su primera ocasión clara de todo el partido a los 53 minutos por mediación de un volea desde fuera del área de Borja Iglesias, mientras que dos minutos después Iborra sacaba bajo palos el balón.
Tras la intensa salida del Espanyol el Villarreal logró rehacerse al cuarto de hora de su pobre puesta en escena de la segunda parte, ganó metros y fruto de ello llegó un balón al palo de Pedraza. Además, un penalti de Mario Hermoso a Ekambi ponía más cuesta arriba el partido al Espanyol. Cazorla transformó en gol la pena máxima en el minuto 65.
A pesar de la precipitación en sus acciones y de la efectividad de los gres centrales del Villarreal, el Espanyol lograba coger aire con un gol en propia puerta de Bonera y devolvía las dudas que le han acompañado al Villarreal toda la temporada.
A esos nervios locales se unió un nuevo arreón visitante que llevó el empate al marcador con un gran gol de Rosales de rosca por la escuadra desde el vértice del área en el minuto 80.
Durante al recta final Villarreal y Espanyol buscaron el tercer tanto que les diese los tres puntos en juego, si bien el gol no llegó en las embestidas finales.