El Real Madrid de José Mourinho no pudo servirse de los tantos de Cristiano y Coentrao para imponerse al competitivo Espanyol de Javier Aguirre (2-2) -que no conoce la victoria desde que se hizo cargo del conjunto perico, y suma tres empates- por lo que cejó así en la persecución emprendida con el Atlético y el Barcelona, al no poder sumar tres nuevos puntos en la decimosexta jornada de la Liga BBVA, que sirvió para que el Santiago Bernabeu despidiera el año sin buenas sensaciones.
El ambiente frío que inundaba la capital, respaldado por un fuerte viento, quedó relegado a un segundo plano cuando ambos equipos desfilaron por el túnel de vestuarios camino del verde tapiz. La reprimenda de Mourinho en Balaídos tuvo consecuencias. Callejón asumió el papel de '9', secundado por Ozil y Cristiano, mientras el croata Modric quiso bailar en el centro del campo con los habituales Khedira y Xabi Alonso. No cambió, por su parte, el mexicano Aguirre su apuesta desde que es técnico 'perico', con la única novedad del debut liguero de Kiko Casilla bajo palos.
Apenas el balón había dado unos pocos giros, los locales ya monopolizaban la posesión con llegadas peligrosas. Cristiano y Modric habían probado fortuna con sendos disparos a los diez minutos. El conjunto catalán parecía estar a merced de la ocasión: títere de los blancos en el último partido del año en su estadio, y bálsamo sobre la polémica suscitada por su entrenador, José Mourinho, quien apenas apareció por zona técnica.
Sin embargo, el ímpetu inicial del Madrid fue decayendo dando paso a un juego deslucido más allá del porcentaje de posesión del que dispusieron. Encontrar un pasillo en la defensa comandada por Héctor Moreno y Colotto se terciaba difícil. Ambos amargaron la tarde a un ex del Espanyol como Callejón, aciago en todos los balones largos. Además, la lejanía entre Modric y Ozil dificultó la aparición de esa chispa, esa genialidad en tres cuartos, para hacer del Madrid un equipo plano.
Por su parte, el equipo visitante elevaba al máximo el discurso de su técnico. Los blanquiazules fueron un equipo junto, compacto y con salidas eléctricas a la contra comandadas por su mayor talento, Verdú. Esa necesidad de apretar los dientes y vaciarse propició la salida del campo de Wakaso, demasiado agresivo. Tras varias intentonas, Sergio García logró hallar un hueco a la espalda de la zaga madridista. Cruzó el balón a Casillas y anotó. El marcador contaba treinta minutos y el Bernabéu quedó mudo. Le siguió un enérgico cántico de ánimo para respaldar a su equipo.
La falta de argumentos de ambos conjuntos, a excepción del disparo que Modric estrelló contra la madera, terminaría con el decimocuarto tanto de Cristiano, cumplidos los cuarenta y cinco minutos. Remató un servicio de Khedira. A pesar del gol, los aficionados que abarrotaron el feudo madridista despidieron a su equipo con sonido de viento al descanso.